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El vicio ampliamente recompensado

calumnista

Para leer las obras del Marqués de Sade es necesario poseer un criterio muy amplio, ya que  puede resultar difícil de asimilar lo que plantea. Esta frase escrita en las dos primeras líneas del prólogo del libro Julieta o el vicio ampliamente recompensado, en la edición del Grupo Editorial Tomo del 2007, nos permite intuir que nos adentramos en mundos, no por vedado, menos reales, claros y serenos.

Julieta es un relato en primera persona cargado de actos escandalosos y viciados: la prostitución, el erotismo brutal, el crimen en todas sus formas, la crueldad extrema. Su protagonista desde niña ha demostrado tener talento para las cuestiones eróticas y perversas. Abandonada, jura ser “rica y desvergonzada, una puta más completa de lo que hubiere osado imaginar. Me cuidare de la virtud, porque ahora sé que sólo puede llevarme al  desastre; en cambio seguiré la senda del vicio, porque este siempre triunfa. No me detendré ante nada -ni siquiera ante el asesinato-, para evitar la miseria“.

Esta obra-de maestría narrativa- nos habla de aquellos instintos sexuales reprimidos para poder encajar dentro de las normas y comportamientos que la sociedad dicta. Además plantea en boca de sus varios protagonistas razonamientos plenamente validos sobre las causas y consecuencias de sus actos hedónicos. El libro es erótico, es grotesco, es *ornográfico, pero es cierto. Por eso ofende, por ser sincero

Desde finales del siglo XX apareció una nueva forma de prostitución: la virtual. Miles de páginas en internet de sexo servidores que frente a una cámara se muestran, se tocan, se masturban y hacen otros tantos actos sexuales. El exhibicionismo en vivo y  al extremo.  La aldea global del p*orno. Desde el anonimato se abre un perfil y se decide si se quiere enseñar o solo mirar.  Encontramos jóvenes colombianos, parejas árabes, travestidos mexicanos y mujeres africanas.  Algunos se exponen gratis, la mayoría cobran, y según se lee en sus perfiles lo hacen para pagar la carrera universitaria o mantenerse en ella. Estas páginas son *ornografía y son prostitución.

Y es prostitución aun cuando la persona que se exhibe- se vende- decide el horario a transmitir, la forma y lo que quiere dejar ver. Los mirones pagan propinas buscando ver más allá de un seno, un blow job o una penetración. Pero es prostitución al fin y al cabo. Es sexo por dinero. Y si bien  es cierto, es más “seguro” por no haber contacto físico  y porque se puede bloquear a quien se quiera, no por eso deja de ser peligroso. Son cientos los menores de edad que podemos encontrar en las páginas y además existe un software que permite grabar lo que se ve en la pantalla y hay quienes se dedican a grabar, publicar en otras páginas y a extorsionar.

El libro de Sade demuestra lo frágil o inexistente que puede llegar a ser la moral de cada individuo basado en sus propias convicciones o motivaciones; las páginas web de *ornografía, dan testimonio claro de la lujuria moderna; de aquella lascivia tratada como un valor sofístico imperante para la distracción de los pueblos y manejada por las estructuras de poder social, político y económico;  de una lujuria desordenada en sus proyecciones hacia lo bello y sensual y bastardeada por la inelegancia de los intereses cotidianos del mundo de hoy.

Lamentablemente las páginas web de *ornografía son  testigo irrecusable de estos tiempos.♦

Alberto Salazar Castellanos

En el texto * es P

@laporciuncula1

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