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EL ESPACIO PÚBLICO COMO LUGAR DEL COMÚN

Se llama espacio público al lugar donde cualquier persona tiene el derecho de circular, en oposición a los espacios privados, donde el paso puede ser restringido, generalmente por criterios de propiedad privada, reserva gubernamental u otros. Por tanto, espacio público es aquel espacio de propiedad pública, “dominio” y uso público……” .

Wikipedia.

Bosque de la Esperanza, Cazucá.

En este breve texto  me interesa explorar la relación entre la idea de lo público-privado y lo comunal; cómo este último puede ser un agente transformador y propiciador de nuevas formas de uso  y comunicación en la construcción de la ciudad  y la relación de lo común y la participación  como agente constitutivo  de la arquitectura .

El espacio público está regulado y regido por la administración pública estatal lo que define una formas especificas de uso  y en donde  se predefinen unas maneras de comportamiento posibles y otros no; los movimientos de Occupacy o de indignados  en los últimos años y como estos han sido reprimidos por el estado son una muestra de cómo el espacio público ha sido privatizado o sobre regularizado por el estado; esta forma de represión ante la ocupación comunitaria como forma de protesta del espacio público  nos has vuelto a poner a pensar si verdaderamente el espacio público está al servicio de la totalidad de las personas o solo al servicio del estado .

La naturaleza del espacio público es ser vacío pero el valor de este solo existe si es ocupado, usado o llenado; creo que solo una nueva forma ocupación no necesariamente regulada por el estado y que busque  nuevas formas  de uso y ocupación desde lo común o comunitario darán forma a un espacio público más participativo. Debemos trabajar de una forma más horizontal y democrática en donde los habitantes puedan construir acciones concertadas y en común con los planificadores o arquitectos. Esto nos permitirá proyectar espacios más  acordes con las exigencias actuales de participación ciudadana; por ejemplo ¿Cómo poder desarrollar espacios públicos productivos para las comunidades pobres que los circundan sin llegar a privatizarlos? ¿Cómo propiciar mecanismos de agricultura urbana en las zonas verdes de forma participativa? ¿Cómo un espacio público puede generar nuevas formas de uso común y experimentar con expresiones democráticas en los barrios y espacios públicos? ¿Un espacio común podría genera formas de educación y diálogo comunitario? ¿Cómo un preescolar puede multiplicar su fin para ser un mercado de venta de productos chinos? Para esto es interesante ver y tener en cuenta el trabajo desarrollado por varios  artistas latinoamericanos como Nicolás Paris[1] con su talleres educativos y soportes espaciales para el diálogo o el trabajo del artista mexicano Pedro Reyes en el proyecto Genoma Urbano[2]. Estos buscan que sus obras sean mecanismo que activen o propicien nuevas relaciones de participación y diálogo entre los habitantes dándole al espacio una función más comunal.

“Por comunal se entiende, todo aquello que se relaciona con la producción social y que es necesario para la interacción social y la producción de procesos como el conocimiento, el lenguaje, los códigos, la información, los afectos y la vida. La condición de lo comunal no presupone la separación entre lo humano y lo no humano. En la era de la globalización los temas de la conservación, de la producción y de la distribución comunal son temas centrales de la discusión actual.”

Michael Hardt y Antonio Negri-Comune, oltre il privato e il publico .

Jardín Infantil Timayui, Santa Marta.

El valor del diseño de las infraestructuras arquitecturas públicas o de espacio público no puede radicar solo en si mismo, si no en lo que propicia como agenciador entre todos los actores que lo constituyen; creo que antes que diseñar espacios públicos bonitos debemos aprender a proyectar acciones o eventos  que propicien  formas de uso comunitarios y participativas, en donde no solo diseñemos las bancas, los adoquines y demás componentes del espacio público si no que seamos capaces de disponer y diseñar las acciones, las acciones que es lo que verdaderamente importa en la vida comunitaria y del día a día de la ciudad;  ¿es posible programar y diseñar las acciones del espacio público de una manera más comunitaria? ¿Cómo podemos proyectar soportes arquitectónicos que puedan ser cambiantes y adaptativos para estas nuevas formas de participación ciudadana basadas en la diversidad? o ¿Cómo relacionar  las diversas naturalezas humanas y no humanas  que existen y conviven en el espacio de lo público? o ¿Cómo trabajar con las condiciones existentes y los múltiples grupos de autogestión comunitaria para desarrollar espacios públicos participativos y democráticos? Estas preguntas son las que nos interesan en El Equipo Mazzanti cuando estamos proyectando infraestructuras públicas de uso comunitario.

Esta  reflexión sobre el papel de lo Común y el rol del espacio o edificio comunitario como espacio de la diversidad en la construcción del mundo de hoy , como la proyectación o el diseño de programas, protocolos , estrategias de uso e intercambios son una de las responsabilidades más importantes del arquitecto como pensador y estratega. De una manera particular algunas de nuestras  exploraciones en el Equipo Mazzanti se basan en la experimentación de diseños de programas puestos en  contradicción o de forma anómala que permitan propiciar nuevas formas de comportamiento desde la creación y la programación de eventos comunitarios para el diálogo, el aprendizaje y el ocio; por ejemplo nos preguntaremos como jugar o turistear  al interior de una biblioteca, nadar en un laboratorio, desarrollar actividades productivas o comestibles  privadas en espacios públicos. En fin nos interesara poner acciones de uso en contradicción para propiciar nuevas relaciones entre los usuarios y el lugar; por esto nos interesara revisar el valor de condiciones de uso; indeterminadas, inacabadas, vacías, sin uso, etc. La arquitectura y el espacio publico deberían ser propiciadores de EVENTOS Y ACCIONES capaces de poner en un espacio diversidad de puntos de vista y formas de ser o actuar  promoviendo ahí si la inclusión, de aquellos no incluidos o marginados, en la sociedad dando un espacio democrático de expresión, que en principio es lo que el espacio publico abierto  es por definición.

Colegio Pies Descalzos, Cartagena.

Desde otra perspectiva más material estamos experimentando en el taller como introducir anomalías formales o deformaciones en algunas de la partes que componen un proyecto o un sistema lo que permite ocupar o usar los edificios de maneras inesperadas o transformarlos desde el usuario como una creador más  y abriendo la posibilidad de participación comunitaria, ya que los edificios no están vistos como estructuras cerradas sometidas a un uso único (función o eficiencia arquitectónica) si no como espacios en donde el uso es una actividad creativa definida por el usuario  y en donde este construye un nuevo edificio o espacio y el arquitecto solo dispone materia y acciones para que sea el usuario quien defina su formas o maneras de relación y acción  pero sobre todo que el proyecto sea capaz de gestionar arquitecturas inacabadas , arquitecturas que estén preparadas para adaptarse a lo largo del tiempo y cambiar.

Creemos que el valor de la arquitectura o del espacio público no solo radica en si mismos si no en lo que produce (inclusión social y ambiental) en sus capacidades performativas. En este sentido nos interesa inducir acciones, acontecimientos y relaciones nuevas entre los diversos grupos o actores no tradicionales en el uso de las infraestructuras públicas, lo que nos permite  desarrollar formas, patrones u organizaciones materiales abiertas, adaptativas e inacabadas que actúan en la construcción de acciones sociales y ambientales, como propiciadores de nuevas relaciones cotidianas  comunes; buscamos que nuestros edificios o espacios públicos provoquen comportamientos y relaciones nuevas y que sean soporte a estas relaciones comunales de forma más horizontal alentando a la gente a comportarse mental y físicamente de modos nuevos e imaginados que sean apropiados y elemento de orgullo de las comunidades.

Para que esto se dé es cada día más importante detectar y entender  la multiplicidad de grupos y estructuras comunitarias, algunas muy marginales que existen en la ciudad contemporánea y como pueden actuar pensadores , artistas y arquitectos para desarrollar soportes de  manera participativa que posibiliten la visibilización  de estos discursos y usos de una forma más horizontal con los habitantes de las ciudades, estableciendo protocolos y estrategias proyectuales abiertas en el espacio público .

Jardín Infantil El Porvenir, Bogotá.

Una mirada a la participación ciudadana desde lo común y la planeación de nuevas estrategias proyectuales como por ejemplo, el inacabamiento o la anomalía en el espacio público permitirán proyectar proyectos más resistentes y acordes con las condiciones de hoy en día. Estas arquitecturas deberán estar basadas en intereses varios y contradictorios, construyéndose entornos a múltiples posibilidades: a intereses atmosféricos, al de los bosques tropicales, al de las compañías, al de los automóviles, al de los animales, plantas y personas. Una arquitectura hecha de acuerdos colectivos ya no definidos sólo para los intereses de los humanos, en un mundo en donde participan múltiples agentes. Proyectos capaces de generar la aparición de especies vegetales, de servir de nido aves, de propiciar agricultura urbanas, jardines comestibles, etc. Una redistribución de papeles y funciones entre lo humano y lo no humano. ¿Cómo encontrar los marcos capaces de regular estos nuevos y posibles acuerdos entre ecosistemas y sociedades? ¿Cómo definir una práctica que sea capaz de desarrollar proyectos como herramientas que re-definen las relaciones entre naturaleza y cultura en términos de reciprocidad y beneficio mutuo? ¿Cómo hacer que los proyectos puedan construir un mundo basado en pactos de intereses humanos y no humanos; en contradicción?; creo que estas son algunas de las preguntas que deben estar en la mesa de trabajo de cada arquitecto hoy en día.

Colegio Pies Descalzos, Cartagena.

Giancarlo Mazzanti

arquitecto

 

Artículo publicado previamente en la Revista Lotus No.153 de 2014

[1] www.youtube.com/watch?v=QbYTXPZ2wO4

[2] http://www.pedroreyes.net/urbangenomeproject.php?szLang=en&Area=worke

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