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El feminismo no solo es cosa de mujeres.

Me había prometido no escribir a este respecto por dar prioridad a otros temas de la página pero la llegada de marzo hace ineludible este compromiso conmigo misma. Nuevamente este mes nos pone en el ágora, somos tema de discusión con la agradable sorpresa de la auto-conciencia. Los discursos referentes al feminismo, al maltrato y la equidad de género son de mayor conocimiento y aceptación, muy a pesar de reconocidas mentalidades conservadoras a las que el tema les asusta sobremanera.

En este, el mes de la mujer voy a hablar de los hombres. Porque para muchos (la gran mayoría) el feminismo es el opuesto al machismo y por lo tanto ambos son extremos y todos los extremos son malos.

Pero quienes entendemos y somos simpatizantes o adeptos del feminismo sabemos que lo que esta idea busca es la igualdad; el reconocernos iguales en todos los campos de desarrollo de un ser humano: el de autodeterminación de la vida social, el campo económico, el de acceso a cargos de poder, entre otros. Hay algunos para los que esto ya es posible porque ya no estamos en la casa sino que también trabajamos y con eso es suficiente, pero si vamos más allá para indagar la  realidad, vemos que más que acciones lo que necesitamos como sociedad es un cambio de mentalidad.

Y en esta, la sociedad de las transformaciones ¿Qué tipo de cambio de mentalidad necesitamos? Uno en el que lo femenino no se encasille, en el que la sensibilidad, la intuición o la inseguridad no se identifiquen como cosas de mujeres. Uno en el que entendamos y no temamos la debilidad del otro como falta de hombría, pero por sobre todo y para disminuir el maltrato que la mayoría de las veces es hacia nosotras, uno donde los hombres no tengan que demostrar que son más hombres si tienen más mujeres que están detrás de ellos llorando o que necesiten que una mujer les tema para sentirse bien ellos mismos.

Así que, hombres: el feminismo no es un tema femenino, es un acuerdo social al cual te invito sumarte. ¿Aceptas?♦.

 

Paola Rubiano.

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