Entrevista a Valentina Gutierrez en “El Dorado”
En días pasados fuimos a la galería “El Dorado” e hicimos una entrevista a Valentina Gutierrez, directora de la galería. Además del recorrido, apreciamos las obras recientes y de colección permanente. Este es el contenido, en el que abordamos temas como la trayectoria, la incursión en el panorama artístico latinoamericano y el gusto que impulsa al coleccionista. Aquí su contenido.
Interference Channel (IC):
Hablemos del recorrido de “El Dorado”, de cómo nació la idea de esta galería. Estuve haciendo una revisión previa sobre ustedes y veía que tu interés en un principio era coleccionar y luego en algún momento surgió este espacio de El Dorado entonces quería saber ¿Qué lo motivó?, qué fue el antes, el ahora y el después de El Dorado. ¿Qué tipo de proyectos se tienen?
Valentina Gutierrez (VG):
Este edificio físico se empezó a construir con la intención de ser un espacio para proyectos relacionados con la colección del proyecto “Bachué”. En ese proceso estábamos editando un libro que se llama: Autorretrato disfrazado de artistas, es sobre arte conceptual y fotografía en los setentas, una investigación de Santiago Rueda Fajardo. Y es una investigación muy apasionante porque muestra muy bien ese momento que sale un poco del paradigma de que el arte colombiano siempre ha estado 30 años atrás. ¿No?, es un momento en el que se pueden ver paralelos con toda América Latina y con artistas en Alemania, en Londres, en Estados Unidos, en Bolonia, como que era un momento del auge del arte conceptual, de la acción, del arte correo, entonces todo eso se ve en Autorretrato. Pero lo que fue muy fuerte para mí fue ver que esos artistas que hacían parte de esto no estaban bien representados en las colecciones ni en la historia de Colombia. Siempre se habían dejado de lado. Entonces yo, en una reacción un poco adolescente le dije a mi papá que yo sentía que lo que él estaba haciendo era construyéndose un monumento al ego, a su buen ojo, que es lo que le interesa a los coleccionistas; es decir, a los coleccionistas les gusta mostrar su visión. Hoy en día no creo que sea ego, creo que es una propuesta como muy intelectual pero en el momento no lo vi así y sentía que en lugar de llorar sobre la leche derramada, es decir, de pensar, ya estos se murieron sin reconocimiento o pasaron; Creí que era importante apoyar artistas vivos y evitar esos olvidos en el presente. Él me dijo que estaba de acuerdo pero no quería gestionar una galería entonces si yo me iba a dar a esa tarea pues que, adelante que el proyecto era mío.
Entonces, con mucha ingenuidad comencé. La primera exposición la hicimos incluso antes de construir, era solamente el lote, entonces hicimos una intervención muy interesante que funcionó para empezar la conversaciones con los vecinos del barrio. Para nosotros era muy importante estar en el barrio La Macarena porque es un barrio históricamente relacionado al arte, es un barrio en el que viven intelectuales, artistas, que está muy cerca de las universidades, entonces eso para nosotros era muy importante, relacionarnos con ese entorno inmediato. Entonces yo atendía la exposición personalmente y finalmente lo que entraban eran vecinos curiosos. El primer día de la inauguración si vino como todo el mundo del arte pero después de eso era todo como para los vecinos. Eso me ayudó a entender el barrio en el que estábamos, entender quiénes eran nuestros vecinos, un poco entender la dinámica, a darme cuenta que en La Macarena vive gente increíble, apasionante, realmente entonces reforzar esa idea que este era el lugar en el que queríamos estar. Luego, este edificio lo inauguramos con Leonel Castañeda en el 2015 con un proyecto que se llama el cuerpo de adentro y en 2016, en el 2015 inauguramos pero como precariamente en el otro espacio y en 2016 aquí ya con Leonel que fue un proyecto que marcó la pauta de lo que fueron los dos años de El Dorado, que era que todo el edificio está concebido para que cada piso sea diferente y la idea ahí era que un solo artista tenía que intervenir los tres. Entonces Leonel hizo esa labor increíble, luego de él vinieron una serie de artistas que también lo hicieron y la verdad eran proyectos que la idea era como que hicieran homenaje al nombre de El Dorado en el sentido de que el Dorado era una ciudad mítica, es esa ciudad de oro, es ese deseo europeo personificado en una ciudad latinoamericana y aunque nunca existió su leyenda fue suficientemente potente para catalizar los procesos de descubrimiento y conquista y crearnos a nosotros; porque finalmente la existencia de este continente y las ciudades que existen tuvieron su fundamento y creación bajo esta leyenda y esto eran con la estrategia para llegar al dorado. Entonces era, se invitaba a hacer proyectos aparentemente imposibles en diálogo con una persona que venía de una disciplina diferente y bueno, hicimos cosas muy chéveres.
Actualmente, hace un año empezamos a ir a ferias internacionales y eso pues fue muy bueno pues empezó a dinamizar la parte económica que había estado un poco lenta al comienzo, ya en este momento pues ya se mueve, pero ir a las ferias también nos abrió un poco el panorama internacional, nos mostró que aunque El Dorado es un proyecto que aquí a veces no se entiende porque somos un proyecto que nos proclamamos independientes pero vendemos entonces la gente no entiende eso. En cambio en el resto del mundo este modelo híbrido existe y entender que la independencia es tener la plata para hacer lo que uno quiera es algo que está aceptado. Entonces para mí fue muy importante empezar a conocer personas con proyectos y preguntas similares a las que nosotros teníamos y eso le fue dando más fuerza al proyecto aparte del dinamismo de las ventas. Un nivel intelectual, también fue muy importante salir y conocer artistas muy interesantes porque a uno finalmente le llegan las noticias es como de los grandes artistas de otros países pero conocer gente que está emergiendo igual que uno pues por internet es imposible. Entonces poder conocerlos directamente pues empezó a inspirar mucho más al Dorado. Actualmente estamos representando a un grupo de artistas muy diverso e interesante, para nosotros era muy importante que hubiera una representación de mujeres que sentimos que están sub representadas en nuestra escena y de artistas que no vinieran de Bogotá. Actualmente estamos en diversificar en ese aspecto pero trabajamos con artistas en el Cauca, en Medellín y en el Norte de Santander. Entonces tenemos artistas que son, una del Valle pero que vive en Holanda y uno bogotano que vive en Berlín, la idea es mostrar artistas que vienen desde lugares muy diferentes pero que tienen una práctica constante y comprometida y que son personas muy profesionales, personas que en su forma, para nosotros es muy importante el trato y el lado humano de los artistas con los que trabajamos. Ellos de alguna manera representan una serie de nuevos valores de lo que se ve en el arte, son personas que si bien están muy comprometidas con su carrera no creen que el éxito existe sino que creen que hay que trabajar en redes y son capaces de trabajar en grupo y entenderse con los demás artistas en la galería.
Para incentivar eso cambiamos la modalidad de exhibiciones individuales, la primera en la nueva modalidad es esta, que tenemos que son dos artistas los de la galería en diálogo entre ellos. Son artistas que no se conocían, no es como que sean los mejores amigos de la universidad que hacen un proyecto no; son artistas que vienen a conocerse de una manera profesional, a entender la obra del otro y a que juntos creemos un diálogo entre esos proyectos, y eso pues ha sido muy bueno porque funciona como dos individuales porque ninguno se tiene que acomodar al otro, son procesos aparte, de curadores aparte, pero a la hora de instalar sí tiene que haber un diálogo. Entonces ha sido muy bueno incluso en términos como energéticos porque se ha sincronizado mucho más el equipo de la galería con los artistas que representamos y los artistas entre ellos. Empiezan a tener curiosidad por lo que hace el otro.
IC:
¿Qué tipo de ganancias o qué tipo de enseñanzas había traído para El Dorado y para ti como persona y como equipo de trabajo participar en otras exposiciones sobre todo a nivel latinoamericano que es lo que he podido estar viendo?.
VG:
Pues eso ha sido muy interesante porque nos ha demostrado que la única forma de que esto sea sostenible y que vaya a ser un proyecto que perdure en el tiempo es trabajando en red y ver la generosidad de las personas en otras partes del mundo, lo receptivos que son a nuestro proyecto eso también ha sido como un gran impulso. Una exposición que fue fundamental para el replanteamiento de la galería se llama: El tiempo del fin y la hicimos en el instituto cultural peruano – norteamericano en Miraflores, en Perú y esa fue una invitación que nos hizo el director y fue muy interesante porque a uno usualmente le llegan invitaciones para un artista o un grupo de artistas y esta fue una invitación a la galería; y él lo que quería era entender qué es El Dorado. Entonces en la escritura de ese texto, en los diálogos con el equipo allá, fuimos teniendo que darle la vuelta a lo que era el proyecto hasta llegar a una definición con la que nos sintiéramos cómodos. Esta fue que la mostramos como en febrero de este año, eso yo creo que fue un punto de quiebre super, super fuerte.
Otra enseñanza ha sido que es muy difícil entonces hay que buscar artistas que estén dispuestos a apostarle con uno y que le crean a uno. Que no lo vean como un paso para algo sino que se sientan parte de ese sueño.
IC:
Que se sincronicen con esa idea que tú tienes.
VG:
Exacto, y que ellos vean qué es lo que ellos aportan. Entonces eso nos ha llevado a trabajar con artistas que se reconocen como humanos antes que artistas, y que ven qué facultades pueden traer en eso y personas absolutamente generosas, entonces eso ha sido otra enseñanza que solo, la galería solo como ente autoritario no funciona; que la galería puede funcionar en red con sus artistas en donde todos aportamos, todos somos generosos con los proyectos de los demás más a un estilo a una cooperativa que otra cosa y con la generosidad del entorno.
IC:
Ahora estoy leyendo un libro que habla precisamente de eso, que cuando uno tiene un proyecto, ese proyecto debe nacer de lo más interior de uno para que sea exitoso, para que genere ese alcance, porque cuando no hay comunión entre las personas no se puede trascender ni se puede llegar donde uno quiere. Y me parece muy curioso ver cómo ese autoconcepto que tengo del arte, que es la comunión entre lo que quiero transmitir, entre mi esencia frente a las realidades de otros encaja adecuadamente con cómo percibo el mundo y sus realidades. Eso, desde mi punto de vista, ha sido lo fantástico del arte y lo que a mí me mueve.
VG:
Te voy a interrumpir un segundo. Yo siento que ahí te falta la mitad y es que una cosa es lo que el artista quiere comunicar y también la apertura que tiene a como los demás lo reciben, un artista hoy no puede ser impositivo y no puede pretender que su obra sea entendida tal cual como él se la imaginó. Un gran artista es aquel que sabe ver cómo lo recibe la gente e incorporarlo dentro de su proceso, entonces es una persona que sabe ver al otro y que reconoce al otro como un ser humano inteligente y propositivo. Eso para mí es lo que es el arte hoy, esa comunicación.
IC:
Ok, qué bien. De este año, de lo corrido de este año que veo que han pasado cosas muy interesantes, ¿Qué artista te ha llamado la atención o qué artistas sientes en este momento que están siendo representativos?
VG:
¿En Colombia?
IC:
Si, sobre todo en Bogotá que es nuestro entorno más próximo; pero si, en Colombia.
VG:
Listo, pues, yo me di cuenta de que evidentemente hay muchos artistas increíbles que se están graduando, que están empezando a presentarse, entonces por eso tomamos la decisión de hacer, junto con José Jiménez que trabaja aquí conmigo en la galería un proyecto que se llama: “En blanco”, que es una convocatoria abierta, la única que tenemos en la galería para artistas que nunca han tenido una exhibición individual o bueno; no está limitada sólo a artistas, también si un fotógrafo de moda quisiera, o un diseñador quisiera mostrar cosas puede hacerlo, pero formado como un proyecto, tendría que ser … bueno. En este caso sólo nos llegaron propuestas de arte, pero es una convocatoria abierta. Las personas que quieran mostrar un proyecto en la galería, viniendo de cualquier disciplina, no tienen que haberse graduado de nada, la única condición es que no pueden tener una colección individual. Y la primera persona que quedó seleccionada para esto se llama Nataly Guío, es fotógrafa y realmente me impresionó porque es una persona que no viene de la formación artística tradicional, pero que tiene una sensibilidad impresionante y una forma de ver el mundo muy poética, entonces decidimos empezar a trabajar con ella a partir de el proyecto tan bien armado que hizo para “En Blanco” entonces con ella vamos a estar en ArtBo; con ella y otros artistas de la galería, pero sí, ella es alguien que no conocía y que me ha sorprendido muchísimo este año.
IC:
Que bien. Otra cosa que quería preguntar es, tu interés por el arte nació desde la colección, desde ese interés del coleccionista; yo querría ahondar un poquito en ese aspecto. ¿Qué motiva al coleccionista para adquirir arte y para mover el sector?
VG:
Pues, la razón por la que El Dorado es una galería es porque yo siento que los coleccionistas son fundamentales para el crecimiento de los proyectos, no solamente porque son los que “mantienen con gasolina” este mundo sino, porque son personas que le dan otro tipo de apreciación y de valor a las obras de arte, entonces; cada coleccionista es un universo, es imposible reducirlos. Como galerista, uno de los privilegios es que uno puede llegar a conocer cómo piensan las personas y qué tipo de cosas los mueven y qué tipo de cosas hacen parte de su colección, entonces se vuelve un contacto muy lindo y una forma de comunicarse con ellos muy especial, porque son personas que de alguna manera necesitan estos objetos o estas imágenes para articular ideas o para pensar. Es muy difícil decir como que, tiene que haber como una comunión, ¿No?; como que el coleccionista tenga un interés y que la obra o responda, o cuestione o haga eco a lo que a ellos les interesa.
IC:
Bueno, pues ya saliéndonos un poquito del tema, yo digo que es paralelo. Además de esa sensibilidad por la imagen, he notado que muchos artistas tienen un gusto por otro tipo de tendencia artística. ¿En tu caso se presenta, de pronto, alguna otra manifestación además de la imagen y del arte contemporáneo como tal?
VG:
Bueno, a mí me gusta mucho leer, ficción y poesía. Yo creo que esa es como mi otra sensibilidad.
IC:
Valentina, pues muchas gracias por la entrevista y genial el recorrido a la galería. Felicitaciones.