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2020 Y LA CAJA DE PANDORA




Es difícil defender el año 2020. Empezó con la promesa de los mandatos históricos de Claudia López en Bogotá, Carlos Caicedo en el Magdalena, y personajes nuevos y emocionantes como William Dau, el outsider Alcalde de Cartagena, Jairo Yañéz, el viejito del altavoz que le ganó a los politiqueros en Cúcuta, entre otros. Pero rápidamente vimos como la división entre alternativos, la radicalización de la derecha, y los factores externos como el covid; la recesión económica, la actitud fascista de la Policía Nacional y el ejército han hecho de este año una tragedia. Aquí cabe recordar el antiguo mito griego de la caja de Pandora.

En esta historia se dice que una mujer, Pandora, abrió la caja que el dios Zeus había prohibido abrir y por su desobediencia las plagas más retadoras a la humanidad salieron libres; la peste, la pobreza, el odio, la envidia, entre otros. Sin embargo al final solo una cosa quedó en la caja y era la esperanza, el atributo fundamental humano que nos ha llevado a todos como humanidad a unirnos, en vez de dividirnos, en la cara de las más grandes adversidades. Sobra explicar las semejanzas del año que todos acabamos de vivir con la primera parte del mito, pues cada semana desde enero hemos visto titulares que parecerían películas apocalípticas de Hollywood, pero es en el final del mito que quisiera basar mis reflexiones sobre este año porque hay un lado mucho más alegre al 2020 y es como los humanos hemos reaccionado a los retos presentados ante nosotros.

En Chile, por una mayoría indiscutible de más del 70%, se empezó el proceso para escribir una nueva constitución. Una constitución lejana de aquel documento de la dictadura que ponía la plata por encima de las personas, y se ve con promesa las elecciones en Abril del próximo año cuando sin duda el pueblo Chileno va a poner los derechos humanos y la reivindicación por encima de cualquier otra consideración. En vista de los terribles acontecimientos de brutalidad policial en Colombia, los ciudadanos nos movilizamos masivamente para protestar el asesinato de Javier Ordóñez en septiembre de este año, y cada día son más las personas que seguramente, nunca tendrían problemas con la policía por su color de piel, estrato social o género; se activan desde la empatía para exigir reformas de fondo.

En Estados Unidos, ante el discurso de odio y división de Donald Trump, que aseguró hace tan solo 4 años que los Latinos éramos todos violadores y narcos, sus votantes le rechazaron en las urnas y por primera vez desde George HW Bush en 1988, un Presidente no logra la reelección en ese país. Mi punto es que, a pesar de todo, los humanos estamos más unidos que nunca, con más solidaridad, empatía, y hasta me atrevería a decir humanidad.

Los retos que se vienen son muchos, desde sanar las heridas letales que Trump le hizo a las instituciones internacionales, hasta la creación en esta década de una coalición, y luego un gobierno alternativo e independiente en Colombia, que responda por la gente y no por intereses políticos y
económicos. Tendremos que re-evaluar como sociedad lo que nos importa y cada día invertir más en salud, ciencia, educación, y todas esas facultades que olvidamos por gastos militares y préstamos a privados; pero que hoy más que nunca notamos su importancia. Por sobre todo, el mayor reto de la
década es seguir siendo humanistas, seguir viendo la vida según la mirada del menos poderoso. No es una opción seguir ignorando los problemas que no nos afectan, no es una opción ignorar el cambio climático, o el conflicto armado. Nuestra caja de Pandora ya se abrió y tendremos todos que trabajar en contra de sus consecuencias, pero cabe también recordar que hasta Pandora vio la luz al final del túnel.

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