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…Y Dios creó la masturbación.

calumnista

“Aquello que las gentes hacen cuando se quitan los pantalones, no tiene en verdad importancia. Las gentes se visten siempre para cometer los verdaderos crímenes”. Esta frase del escritor francés Garay llegó a mi mente cuando en mi última incursión por las librerías de usado en la ciudad de México, me topé con un delicioso manual del que tenía muy buenas referencias pero que me había sido imposible conseguir en Colombia: El Manual de Manuela, del mexicano Antonio Armonía.

Dentro de sus 103 páginas, Armonía hace un elogio- y lo eleva a arte sublime-, de la masturbación. Considera él, que por haber sido creados a imagen y semejanza de un Dios, según el Génesis de la biblia judeo-cristiana-, entonces debemos compartir necesidades similares con Aquel que Es. Y una de ellas es la de obtener placer a través de nuestro aparato genital.  Pero como Dios no se rebajaría a tener sexo con un mortal y tampoco debe tener su miembro de adorno, la masturbación es entonces la respuesta ideal a sus necesidades sexuales. Es sólo a través de sus manos que Dios puede complacerse en ese aspecto. Por lo tanto la masturbación, solitaria o compartida, es un acercamiento a la divinidad eterna.

Esta y otras más candentes revelaciones encontramos en el libro de Armonía de ediciones Chaquetero. La masturbación ha sido por siglos la rama de la sexualidad que más tabúes y prejuicios religiosos, morales, educacionales y psicológicos  ha tenido y le han sostenido. La religión la califica casi de pecado mortal por no tener como fin la procreación; así como desautoriza el uso de los métodos anticonceptivos, el que dos mujeres tengan sexo solo por el goce de los cuerpos, el aborto y hasta como ocurre en Colombia se persiga de manera inquisitorial la catedra de educación sexual. Siempre el sexo es para la iglesia, para sus pastores, y para un número de sus seguidores el mal por antonomasia. Y este libro nos muestra de manera divertida, ilustrativa y didáctica, como el placer sexual en solitario  es una invitación a la vida. Un ejercicio con el que se ahorra tiempo y dinero. La única manera ciento por ciento segura de no exponer  el cuerpo a una enfermedad venérea o de trasmisión sexual. Y a la vez un  somnífero sin efectos secundarios  y una práctica que reduce el índice de nacimientos.

La masturbación da rienda suelta a los deseos más acuciantes y hasta perversos sin necesidad de enfrentarse a la censura de un tercero. Donde no hay limitaciones y en  donde se construye un mundo que se destruye con la eyaculación y cuyos fragmentos se guardan para ser usados una y otra vez. Para Freud el onanismo es un acto sexual incompleto. Armonía se pregunta, refutando la opinión de tan afamado personaje: “¿Cómo puede ser un acto sexual incompleto si se alcanza la misma satisfacción sexual, y a veces con mayor intensidad, que con una mujer, puesto  que su único limitante es la imaginación su única finalidad el placer?”

El comportamiento sexual jamás debe ser un criterio para distinguir el bien del mal. México es un país laico, con educación laica y donde no permiten que las posturas religiosas menoscaben las libertades individuales y grupales. Una afirmación como la de que el “sexo entre dos hombres es una aberración”, dicha por cierto político colombiano hubiese dado cárcel en el país azteca. O la intromisión de las  propias creencias religiosas en los  juicios o sentencias públicas de alguien como el procurador general daría para su destitución inmediata. Si algo he admirado en mi estadía en este país grande, generoso y abierto, es el terreno ganado para eliminar la discriminación- no solo en cuanto a sexo, sino  a raza, política, etc-, hasta el punto de haber obligado a cambiar el nombre de un producto enraizado ya en la memoria de todos, por considerarlo una burla a la comunidad afroamericana, por ejemplo.  Y porque los postulados de la iglesia- respetables e impugnables- no interfieren para nada en la discusión legislativa. Obvio, aún le falta mucho camino por recorrer y no es perfecto, pero a diferencia de Colombia, en que la ley  queda  plasmada solamente en un papel o en foros con foto obligada en Cartagena, en México se aplica en la vida cotidiana.

Para una inmensa mayoría de colombianos la conducta sexual es un patrón que mide y que rige los que no debe medir ni regir.  Y claro, bajo ese concepto, traído de una pésima educación, buscamos camuflarnos antes de aceptarnos como somos. Se dice por parte de las instituciones que sólo en Colombia hay democracia, libertad, cultura, derecho, patria. Mentiras que creamos y creemos cuando no hacemos una comparación seria con idénticos conceptos creados y creídos por otros pueblos.

Por eso me fascinó el Manual de Manuela. Porque a través de la masturbación, sin pelos en la lengua, con mucho humor y dibujos originales de 35 artistas, el autor recorrió el mundo americano para hacernos entender que el hombre que desperdicia el semen no causa más daño que el que ocasiona la naturaleza, la política, la intolerancia, el mesianismo, la religión, la mala educación, la pésima salud y la envidia ante la bonanza o éxito del compatriota en tierras extranjeras.

Por mi parte he comprendido que la masturbación es un arte, incomprendido como todo lo que huele a azufre, pero un saludable arte, donde se crea y recrea una realidad que supera la existencia diaria.

Señor Armonía, gracias a usted ya no me considero un simple chango. Hoy me siento  al nivel del mismísimo Leonardo.♦

Alberto Salazar Castellanos

@laporciuncula1

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