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EL SILENCIOSO CICLOPE DE LAS REDES

Si ustedes los jóvenes no asumen la dirección de su propio país nadie va a venir a salvárselo nadie, nadie.

Jaime Garzón (conferencia universidad del valle 1997)

columnista

Los jóvenes nacidos a  partir de los años noventa en adelante, aquellos que crecieron concibiendo que internet es algo normal en la vida, así como lo fue la televisión para la generación anterior,  han dejado  el tema de la política a los adultos  mayores.

Las nuevas generaciones conocen el mundo y se relacionan socialmente a través de la pantalla. Aparece aquí una interesante relación: cuanto más grande y definido es el monitor, más se ha reducido el contacto con el mundo real, de manera que la nueva generación ve y conoce el mundo, primero por la red. Cada vez que se pone en el mercado una nueva tecnología con más tamaño y definición en la pantalla, el usuario se virtualiza, encapsula y aísla de todo y de todos, hasta de su entorno familiar, así que algunos están presenten físicamente pero inmersos en el mundo virtual.

El mundo parece haber dejado de ser medido en miles de kilómetros para ser medido en pixeles de pantalla; entonces si el joven tiene como concepción del mundo solo lo que le brinda el monitor, que como la tv también tiene la capacidad de mentir y manipular su audiencia, se abre el interrogante sobre ¿qué conocen los jóvenes de lo que está y de lo que sucede fuera de la pantalla?

Esa otra comprensión, la otra visión del suceso, del día a día del contexto social, está siendo dejada de lado, ignorada, a veces menospreciada, porque el escenario  virtual es más brillante, mejor definido y fácil de controlar  a tal punto que supera la realidad, que muchas veces es cruda e incómoda. Este usuario conoce de redes sociales, mas no de sociedad y, de forma irónica, en la medida en que se vincula a más redes sociales es más “asocial” en términos de realidad.

Bastará con mirar el caso de personas que poseen mil amigos en su red social, pero que en la vida real este número no supera los cinco, me refiero a amigos de esos con los que se puede contar, en la buenas y en la malas, los de verdad, los que sin importar la situación buena o mal  van a estar apoyándonos hombro a hombro, en ocasiones no se establece un límite entre el mundo virtual y el mundo real, existe para esta generación una confusión en este punto que, para los que no nacieron con esa tecnología, sí está claro.

Estas son algunas de las características que definen un nuevo ciclo en la evolución humana, con el respeto de la academia y de la comunidad científica, he denominado a este nuevo hombre, teniendo en cuenta  las etapas de la evolución, el Homodata (término que aún no existe siquiera en Google) el hombre de los datos, que vive su día a día tan dependiente de la información como de la comida; somos tan dependientes de la red que si mañana no funcionara la sociedad, posiblemente colapsaría.

Hagamos un corto paralelo entre el Homoerectus, quien se irguió para explorar mejor su entorno, alimentarse y evolucionar gracias a que le llegó más oxígeno a su cerebro, y el Homodata, quien come  y explora menos para estar más en la red, y se inclina para sumergirse en la pantalla, basta observar la postura de un usuario de cualquier Smartphone, ordenador o tablet.

Solo espero que no nos empiece a faltar el oxígeno en el cerebro, aunque si observamos existe una relación en cómo se describen gráficamente la etapas de la evolución humana y el desarrollo social, podría exponerse que así como empezamos a inclinarnos, también la sociedad es más decadente, empobrecida culturalmente, menos critica y mas conforme.

Ahora que estamos todos vinculados  al mundo digital, ahora que empezamos todos a hablar el mismo idioma como en los inicios de la Torre de Babel (y espero que no terminemos así como terminó Babel), parece consolidarse el sueño de algunos medios, de los poderes, de los políticos y gobiernos, que buscan la fórmula mágica para mantener el status quo; el dominio de la información está consolidado y en tanto estemos todos conectados a un solo canal, a una sola red, seremos un ente manipulable, un ente que es seducido por algo que en apariencia es gratuito: las redes sociales, páginas de consulta, y otros; si la red aparenta ser gratuita y libre es en todo caso, un acto de sana lógica cuestionarse cuál es el precio a pagar por  lo gratuito.

¿Qué sostiene la gran infraestructura de la red? Algunos responderían que la publicidad; pero realmente la estrategia podría ir más allá, la red está diseñada para clasificar, personalizar, identificar tendencias, necesidades, preferencias entre otras; este cíclope también tiene un gran oído, extrae a través de palabras clave en mail’s, chats y consultas información precisa y sabe qué queremos y opinamos  como colectivo o como individuos (commundwordsbyGoogle). Esta información es muy valiosa y, como todo lo que vale tiene precio, se vende. Entonces, hagamos la tarea de unir los puntos: un gobierno, partido o poder económico puede saber cómo piensa y qué quiere el Homodata. Podríamos, siendo suspicaces, mirar cómo al tiempo que las tecnologías de la información son más eficientes y más inteligentes, en paralelo se ha desarrollado una tendencia reeleccionista a nivel mundial: gobiernos de derecha, centro o izquierda se han atornillado al poder, son más eficientes en sus campañas, aparentan entender mejor su pueblo y, en síntesis, dicen justo lo que el electorado quiere escuchar.

Sería muy inocente pensar que el poder, sea cual sea, ignora que el valor estratégico de  la red, este cíclope orejón, es una herramienta que facilita el dominio, el control. Ahora nos conocen mejor y estamos simplemente entretenidos, distraídos entre nosotros, nuestras actitud que podría tocar los limites de voyerismo, nos lleva a mirar a los demás y también a exhibirnos más, como seres gregarios buscamos la aprobación superflua de  gente a la que en realidad no le importamos, entre tanto somos más fáciles de gobernar, como reza un post en la red:

“Twitter hace creer que tu opinión cuenta, Instagram te hace sentir que eres fotógrafo, Facebook que tiene amigos, despertar va a ser duro”.

Ninguna aplicación sirve para ejercer control sobre los que nos gobiernan, para tener una voz con autoridad y peso real, ellos pueden saber todo sobre nosotros, y nosotros, ¿qué sabemos de ellos? La red es algo relativamente nuevo y se puede usar bien, para hacer otras cosas buenas como un ensayo, como un recurso de investigación y de educación masiva, de opinión, o cualquier factor de crecimiento más allá del entretenimiento.

En conclusión, el Homodata quiere relacionarse más, socializar mejor, pero  experimentando menos realidades, este mundo virtual es más cómodo, pues permanece limpio, brillante y se adapta a mi parecer, me da la opción de omitir lo que no me gusta, lo que me incomoda o me parece intelectualmente pesado. Entre tanto, el poder, cualquiera que sea, sabe explotar esta comodidad para sostener un dominio, dominio alimentado y sostenido por todos nosotros: los usuarios de la red.

No se trata, en fin, de desvirtuar o eliminar la red, si no de que no dejemos de lado las experiencias reales, de  no ignorar lo que sucede fuera de la pantalla.

Se habla a todo nivel de cultura digital, Las nuevas tecnologías brindan variadas posibilidades de acceso a la información, pero primordialmente le ofrecen a la comunidad la oportunidad de cambiar la condición de ser exclusivamente receptores para convertirse en productores de contenidos y creadores de una cultura con la conciencia del poder de la red, capaz de analizarla tal como es y emplearla como una herramienta para sí mismo y no como una  herramienta que facilita que nos usen.♦

 

Oscar Rodríguez Bernal

*Este texto se empezó a redactar en Octubre de 2012, hace aproxímamele  un año, en el transcurso de este tiempo salió a flote el caso del agente de la CIA Edwar Snowden ingeniero de 29 años quien en Junio de 2013 revelo a The Guardian y The Washington Post, un complejo programa de espionaje de la NSA(Agencia de Seguridad Nacional) llamado  PRISM, sus fuentes y metodologías, que son una radiografía de la reflexión que se estableció en este escrito, caso comprueba que la red funciona bidireccionalmente pero no tiene un control, es servil a ciertos  intereses, y  como a todo nivel se filtra la información hasta llegar a permear la intimidad del ciudadano común aun así seguimos conectados alimentado el control.

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