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Estados Unidos, Régimen totalitario.

Jasper Johns flag,

Uno de los más distinguidos economistas franceses, Jacques Delors, señaló que Europa tenía que trabajar en lo oscurito. Él fue presidente de la Comisión Europea y uno de los líderes que empujó la creación de la Comunidad Europea con el Tratado de Maastricht, en 1993.

En realidad la frase de Delors fue “Europa debe avanzar de modo encubierto” y este pensamiento se presenta en las negociaciones que están llevando a cabo Estados Unidos y Europa a través de la Asociación Trasatlántica de Comercio e Inversiones. 

Bien saben los europeos que la Agencia de Seguridad Nacional de Estados Unidos, vigila todo, lo escucha todo, se entromete en las comunicaciones de todo el mundo. Europa ha sido tímida y obediente en este caso y resalta su docilidad si la comparamos con las airadas protestas brasileñas de Doña Dilma cuando supo que la CIA y demonios semejantes espiaban a su gobierno.

Y parece que Francia sigue siendo aquella de la postguerra a la que otros países europeos le decían despectivamente “la Gran Puta”, porque odiaba a los gringos pero les recibía sus dólares con avidez para poder reconstruirse. Ahora está sumisa y hasta prohíbe que presidentes disidentes como Evo Morales, sobrevuelen su espacio aéreo, sólo para congraciarse con Washington.

Y Estados Unidos sigue siendo el mismo salvaje en sus relaciones exteriores al demostrar poca consideración a sus socios comerciales europeos desde el momento en que ha denominado a este Tratado como la OTAN económica. Les guste o no.

Imaginemos a las transnacionales y a las grandes corporaciones relamiendo el ‘regalito’ de 800 millones de consumidores que representan el 50% del PIB mundial. Sólo para recordar: el Producto Interno Bruto, PIB, es el valor monetario que tienen los bienes y servicios de un país o región en un lapso determinado.

No olvidemos que Estados Unidos ha obligado a firmar Tratados binacionales de comercio a muchos países para entregarlos a sus multinacionales, en demérito de sus propias economías y crecimiento aunque la cantaleta propagandista siempre dice que el empleo y la bonanza crecerán.

Tampoco podemos olvidar que permanentemente hay un gran costo social y ambiental, detrás de las mercancías y los productos que se intercambian. Las reglas del libre comercio, lo apreciamos en pequeña escala, aniquilan a los pequeños comerciantes y productores provocando la erradicación del mercado interno y generando más pobreza.

Al mismo tiempo, el gobierno de Obama sostiene conversaciones con Asia, sin China por supuesto, para la firma del Tratado Transpacífico de Libre Comercio enviando a la Organización Mundial de Comercio (OMC) a la jubilación. Y es que la OMC está presidida por Roberto Azevedo, brasileño respondón como su jefa Doña Dilma y cuenta el voto de los 160 países que lo forman, cosa que no le gusta a Obama. Tampoco a la CIA, al FBI, a la DEA, al Pentágono, a Monsanto, et al.

La solitaria OMC no pertenece a las Naciones Unidas y tampoco a organizaciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o al Banco Mundial (BM), que responden a las órdenes de la Casa Blanca. Así que se encuentra sola, desvalida y sin poder de regulación ante estos dos mega Tratados. De igual forma se encuentran los BRICS, bloque opositor a los manipuleos comerciales de Estados Unidos y conformado por Brasil –otra vez-, Rusia, India, China y Sudáfrica.

Pero la novedad y el enorme peligro que traerán estos Tratados comerciales es la nueva manera de relacionar a los países con las empresas. Hoy, en caso de un desacuerdo se acude a los tribunales de ese país donde se ha producido la disputa, pero ahora la idea con estos Tratados es que la empresa pueda demandar a un país ante un tribunal de arbitraje sin que las leyes de dicho país afectado puedan ocurrir. Es decir, la jurisdicción de cualquier país no afectará las decisiones de empresas como Monsanto, por citar un perverso ejemplo.

Sería muy sano que las desorientadas izquierdas de Latinoamérica tomaran este delicado tema como estandarte, lo hicieran suyo, lo ‘propagandearan’, apoyaran solidariamente a grupos como los BRICS, se reunieran en sesudos foros internacionales de análisis, pagaran desplegados y chayotes.

Aunque no lo hagan por conciencia, que lo hagan para ganar una que otra votación.♦

*Enrique Velasco Garibay

 

 

               

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