Adiós a las armas.
“Nunca pienses que la guerra,
No importa cuán necesaria,
Ni cuán justificada,
Deja de ser un crimen.”
Ernest Hemingway
El 2014 vio una transformación en nuestra manera de ver el periodismo y de entender la comunicación. Hemos logrado un público objetivo interesado en cultura y puntos de vista distintos, a todas las personas que conforman ese público debo agradecer haber acompañado a Interference en este viaje. Nuestros escritores no se quedan atrás, aparte de nuestro staff editorial es una alegría ver como nuevos nombres entran a formar parte de esta comunidad. Quiero agradecer también a los artistas que fueron nuestras portadas, cada vez queda más explícito nuestro compromiso con el arte contemporáneo.
Este año estaremos como siempre involucrados con los procesos de cambio político, con las opiniones encontradas, con los problemas sociales de nuestro tiempo. Tratando de formular preguntas y diálogos que nos permitan entender de otras maneras lo que la mayoría de los medios y la estructura social quiere que entendamos solo de una.
La primera editorial la dedicamos a los diálogos de paz, la portada inicial es Wilson Díaz, una obra que trata de los pasados diálogos en el gobierno Pastrana y que nos invita a reflexionar sobre el tiempo y la guerra, que nos recuerda el desastre humanitario de la década del 2000 y nos obliga a reconocer que tenemos una segunda oportunidad de parar la guerra; en esta editorial Pablo Lorenzana nos habla de una arquitectura del postconflicto; James Jacobo hace un balance del momento actual de los diálogos. Los últimos meses me entreviste con distintos personajes de la vida común y pública del país; guerrilleros y paramilitares reinsertados, políticos del uribismo y de la izquierda, periodistas, tecnócratas, sociólogos, artistas, escritores. Pude también visitar grupos indígenas y no me he cansado de recorrer el campo, tratando de encontrar opciones a los problemas que siguen latentes y que son la base del conflicto en Colombia; la repartición de la tierra y a fin de cuentas la repartición de la riqueza. Solo hay un camino para llegar a la paz y es el diálogo, no tan solo el diálogo entre guerrilla y gobierno, no. El diálogo es la obligación que tenemos todos de aceptar que otros existen y que tienen pleno derecho a pensar diferente. El día que entandamos eso habremos crecido como humanos y como sociedad, por eso con esta editorial quiero decir en nombre del equipo de Interference Channel, adiós a las armas.♦
Diego Aretz
Editor Interference Channel