Verde, naranja, oro y plata. Por Julia Roldan
¿Qué pasaría si una tabla usada, una paleta plástica de pintura y un palito para mezclar colores se vuelven el soporte de una obra? Gustavo Niño condiciona su trabajo a unos factores que no necesariamente dependen de él y que le proponen una forma, un color y unas dimensiones preestablecidas. Por momentos parece que jugara para pintar o pintara para jugar, pues imponerse una serie de reglas antes de producir sus pinturas y esculturas es una excusa que le permite experimentar con materiales y técnicas.
En Transparencias sólo puede usar los cuatro colores traslúcidos que ofrece la fábrica Recol (Revestimientos de Colombia). También decidió que pintaría sobre lona y que dibujaría rectángulos y triángulos. Igualmente resolvió sobreponer los colores en combinaciones de dos, tres y cuatro y así aumentar las posibilidades de la paleta. En medio de esa repetición –porque mostrar más de sesenta cuadros bajo las mismas reglas es repetitivo– esas dos figuras geométricas mutan en unas más complejas al intersecarse. Por eso cada pintura es parecida y a la vez completamente diferente.
Algo parecido ocurre en A su altura, otro juego que produce piezas parecidas entre sí y distintas a la vez. Aunque Niño se sumerge nuevamente en un ejercicio reiterativo, cada escultura/silla tiene un diseño único. En este caso él aplica El Modulor, un sistema de medidas definido por Le Corbusier, quién estudió la escala humana para generar un sistema que pensaba en la comodidad y el confort de los individuos. En este se definen unas medidas que, en vez de avanzar de diez en diez (10, 20, 30), se configuran a partir de la medida del hombre promedio con un brazo levantado. Esto define unas medidas “ideales” para la construcción de las cosas de uso cotidiano tanto en arquitectura, como en diseño e industria. Como las medidas crecen de manera exponencial, el arquitecto francés definió la serie roja y la serie azul para tener unas medidas intermedias. Gustavo Niño diseña unos butacos y unos cubos a partir de estas series con los que logra un diálogo entre la utilidad, la decoración y la pintura.
Transparencias y A su altura son dos juegos, o dos sistemas de producción de un artista, que tiene un conjunto de reglas y principios pero que -como todo sistema- tiene sus grietas. En este caso esas fisuras hacen parte del juego mismo. Al interpretar las normas que se propone desde un inicio, la pintura u objeto que se esté realizando inicia un nuevo juego, uno que la pieza misma está proponiendo con otras reglas y que luego el artista retoma. Es un juego que lleva a otro, una fórmula infinita.♦
*Julia Roldan contribuye a IC desde 2016
Información:
Transparencias – A su altura de Gustavo Niño
hasta el 8 de julio 2016
Horario: lunes a viernes de 10am a 6pm, sábados de 11am a 2pm
Entrada libre
Espacio El Dorado (carrera 4ª 26C-49, barrio La Macarena)