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Mi historia con James Rhodes

 

Fotografía: Diego Jiménez.

Todo comenzó con una reseña en la que recomendaban un libro. Hablaba de un pianista con una vida tormentosa.  Me llamó la atención y me prometí que algún día compraría el libro. Mientras tanto veía que James Rhodes se volvía un referente cultural, lo que ahondó mi interés por su lectura.  Finalmente pude adquirir el libro e introducirme en la crudeza de su realidad, sazonada con esa pasión absoluta por la música clásica.  Pasión que muchos compartimos, muchos sin saberlo como en mi caso. En algo coincido con él y es que la música clásica trasciende, a pesar de haber sido tocada hace mucho sigue encantando, aún a pesar de su difusión.

Su historia, como a muchos, me dejó muy impactada; no solo por su lenguaje sino por ese profundo conocimiento de los autores clásicos.  Le debo haber escuchado a Gluck o a Rachmaninov. Eso, y el hecho de haber mostrado literalmente al mundo entero su desagradable, íntima y desgarradora verdad, en lugar de la aparente vida feliz que nos invitan a mostrar facebook o instagram me generó un inmenso respeto y admiración hacia él como persona.

EL ENCUENTRO.

Recuerdo que al comprar el libro me dijeron: Él viene a finales de este año. Hacia octubre vi la publicidad de su concierto y me dije: estaré allí.  Fui a la rueda de prensa y allí estaba: Me pareció raro verlo igual que en la fotos. Me pareció que tenía una mirada muy fresca a pesar de venir de un largo y cansado viaje, me dio la sensación de alguien muy cercano, como cuando un amigo quiere contarte un secreto o pedirte un favor. Pretendía hacerle una entrevista pero no estaba preparada, así que durante la rueda de prensa tomé una de las preguntas que había elaborado. Mencioné:

– Nosotros hemos conocido tu rol como pianista, como escritor, sin embargo pensando en la experiencia que viviste, ¿No has pensado en tomar un rol de carácter activista para prevenir el abuso infantil?

Y él respondió: – Sí, me han contactado instituciones como save the children, pero soy consciente de que no soy musicólogo o un terapeuta entonces no puedo hacer muchas cosas y así como puedo hacer bien también puedo hacer mucho daño entonces creo que la terapia es algo que se debería hacer pero no solo con la música sino con el arte en general; con la pintura, con la danza, no solo con la música clásica.  Hay otros modos de tratar este problema y no soy experto en el tema -.   Luego esperé a alguien que no llegó, perdí mi oportunidad de hacer las otras preguntas y me despedí lamentando no estar preparada y con una foto borrosa que quedó en mi celular para el recuerdo.

Fotografía: Diego Jiménez.

EL CONCIERTO.

Pasada la rueda de prensa estuve en el teatro Jorge Eliécer Gaitán el 23 de Noviembre a las 8pm.  Asistí al concierto fascinada, escuchando las melodías que presenta en su nuevo libro: “Fugas”, donde continúa hablando de su historia. Luego llegó el momento de escuchar la “Chaconne” de Bach.  Para mí fue un momento memorable.

Algunos expertos consideran que James Rhodes no es el mejor pianista, y soy consciente de ello.  Sin embargo su interpretación logra hacer lo que muchos académicos y concertistas no han podido por cuestiones de marketing y es transmitirnos el poder de la música y la belleza y serenidad a través del piano.  Cuando compré el libro la idea de hablar o tener cerca a quien se había convertido en mi “SuperStar” me parecía un sueño, que finalmente se cumplió siendo mi mejor regalo de cumpleaños.♦

Paola Rubiano.

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